En 1992 Alejandra de 32 años, con esposo y tres hijo,  luego de 8 meses de sangrados vaginales, un médico le diagnosticó cáncer y le dio un plazo de seis meses de vida.

Alejandra Valvidia Márquez, tiene 62 años, 30 de sobrevivir al cáncer cervicouterino y doce de haber fundado la Organización Valdivia Márquez AC, dedicada a dar acompañamiento tanatológico a mujeres que padecen de esta enfermedad y a la elaboración de pelucas oncológicas para niñas.

Para esta sobreviviente la enfermedad está ligada a las emociones ocultas, por eso hoy vive como si tuviera 20 años. Tiene metas, ganas de amar y ser amada, además sabe que no hay nadie que le pueda decir que no se puede comer el mundo porque ella es libre.

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Allá por 1992 Alejandra tenía 32 años, un esposo y tres pequeños, una vida convencional que dio un giro de 360 grados cuando, tras ocho meses de sangrados vaginales, un médico del Hospital Militar le diagnosticó cáncer y le dio un plazo de seis meses de vida.

Al salir del consultorio caminó como zombi a su empleo en una oficina de contabilidad. Ahí compartió la noticia con su superior, quien no se inmutó, al igual que su ex pareja y personas cercanas. Tal parecía que les había dicho que tenía gripa.

Ahí empezó el camino de la violencia de la que no hablan muchas mujeres que padecen cáncer. Empleadores que les exigen ir al mismo ritmo que los demás, esposos que quieren mantener actividad sexual normal, familias y amigos que  bpor falta de tiempo, así como el rechazo social producto de la pérdida de cabello o de un aspecto sano.

“El dolor del cuerpo, de la mente y del corazón es tan grande que borré los recuerdos. Solo tengo en mi memoria el rechazo social que padecí por la drástica pérdida de peso, la caída de dientes y el mal aspecto que tenía mi piel, no tenía color y estaba reseca”, contó.

El milagro que esperaba Alejandra se dio con un médico de la Cruz Roja que le realizó una cirugía en la que le extirparon la matriz. Tras varios meses de recuperación el diagnóstico fue de cáncer erradicado, sin embargo, no pudieron confirmar su tipo porque la entraña extirpada fue tirada a la basura y no mandada a un laboratorio.

La torpeza con la que fue notificada de su padecimiento, el abandono social y el sufrimiento corporal que le provocó esta enfermedad, hizo que años más tarde Alejandra estudiara tanatología para sanarse ella y a más mujeres.

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De acuerdo con Valdivia Márquez la tanatología permite encontrar sentido de vida, significados positivos, nuevos sueños y objetivos, para transitar de mejor manera por esta enfermedad o por cualquier duelo derivado de la violencia de género.

Ahora la organización que preside da acompañamiento multidisciplinario con abogadas, nutriólogas, terapeutas alternativas, que ofrecen sus servicios sin costo alguno, sin embargo, reciben donativos económicos o en especie para atender a familias que tienen una economía precaria y familiares con cáncer.

PRÓTESIS ONCOLÓGICAS PARA RECOBRAR DIGNIDAD Y AUTOESTIMA

Aunque Alejandra no sufrió pérdida de cabello por el cáncer, sabe que buen aspecto físico es importante para las mujeres y que mejor que ayudar a recobrar dignidad y autoestima a las más pequeñas, las niñas que padecen esta enfermedad.

Quien sigue el legado de esta mujer es su hija María Aleyda Triano Valdivia, de 29 años, quien elabora prótesis oncológicas para niñas de 10 a 18 años de edad, siendo 10 niñas las que se han visto beneficiadas con este trabajo artesanal.

Alejandra contó que la elaboración de una prótesis capilar oncológica tiene un proceso mínimo de 50 días, y que se debe realizar sobre bases y lámparas especiales, lupas y ganchos de bambú para no dañar la red sobre la que se teje, la cual es importada de Suiza

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“Mi hija está a punto de dañar su vista, es un trabajo tan minucioso que requerimos de manos y del amor de otras personas para continuar apoyando a estas niñas que cuando reciben sus prótesis saben que recuperan su belleza externa y las hace sentir más seguras. Las niñas se peinan, se ponen moños, se van de fiesta con sus hermosas cabelleras, eso nos anima a seguir. Tengo 30 niñas en lista”, dijo.

La Asociación Valdivia Márquez recibe donaciones de cabello natural, que no ha sido procesado químicamente, con un largo de entre 20 y 30 centímetros, además de tapas de plástico, pet y cartones reciclables para obtener recursos para esta noble labor.

Puedes contactar a Alejandra Valdivia a través de Facebook: Organización Valdivia Márquez AC, en la 2 sur 509 o en el número celular 22 27 07 72 95

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