«Fuimos detenidos por un oficial con la consigna: háganle como quieran, pero no van a pasar”, narraron los defensores que explicaron lo que vivieron en 2017.

Grupo nahua de la Mixteca poblana, originarios de Huitziltepec, que realiza «la otra peregrinación guadalupana» hacia el santuario del cerro del Tepeyac el 22 de diciembre, reveló el temor de que se repita el operativo y la represión de la policía federal de la que fueron víctima en el año pasado.

Filo y Pedro Jiménez integrantes del grupo autónomo “El Caracol que Canta al Universo”, defensores de los derechos y la cultura indígena alertaron la posibilidad de que se active el operativo y llamaron a la sociedad a estar atentos de una nueva violación a sus costumbres.

Mostraron una fotografía en la que aparece el atrio de la Basílica de Guadalupe, al fondo pueden observarse las dos Basílicas, la antigua y la moderna y al medio, un contingente de policías federales rodea a peregrinos guadalupanos, impidiéndoles el paso.

“Fuimos detenidos por un oficial con la consigna: háganle como quieran, pero no van a pasar”, narraron los defensores que explicaron que fue una de las imágenes que portaban los caminantes la que había sido considerada “ofensiva”.

Filo narró que la policía federal les advirtió que si dejaban en la entrada la imagen podían pasar y luego cerraron filas impidiendo el paso. “Nos negamos, no íbamos a dejar atrás una de nuestras pinturas, era tanto como dejar un peregrino”, explicó.

Ante la represión, siguió la protesta pacífica con un plantón en el lugar: “Procedimos a concentrarnos, formando un círculo, poniendo las flores que llevábamos en el mero centro, pusimos a nuestro alrededor nuestras guadalupanas pinturas, y nos hincamos. 3 sahumadores mujeres hicieron el rito con humo de copal. Estábamos dispuestos a quedarnos permanentemente, el tiempo que fuera necesario, horas o días, y que no íbamos a oponer resistencia alguna”

Pero ante la orden del comandante para el desalojo, el contingente reaccionó negándose. “ Pasaron varios lentos y tensos minutos, todo el tiempo se comunicaban ellos por teléfono y radio, recibiendo órdenes e instrucciones. Finalmente ellos se abrieron, se hicieron a un lado, y nosotros pasamos. Llegamos a la cima del Tepeyac a refrendar la promesa que a la Tonantzin hicimos”, relataron los defensores.

A pesar de la resolución, tanto el maestro Filo como Pedro Jiménez, alertaron por la violencia sufrida y su repetición para este año, sin embargo asentaron que nada les impedirá realizar la histórica peregrinación.

 “Vamos a llegar al Tepeyac el 22 de diciembre en la mañana, y lo que sabemos es que ahí va a estar la policía federal y van todas nuestras pinturas otra vez, estén atentos”, solicitaron.

 

A OTRA PEREGRINACIÓN

El grupo indígena de la Mixteca poblana no parte su caminata desde una capilla, parroquia o iglesia; su caminar empieza en el altar circular, frente a la Pirámide del lugar llamada Teokali de Tonanzin que se ubica al oriente del poblado. “En realidad es un templo de la antigua religión náhuatl dedicado a Tonantzin-Guadalupe”, explicaron.

El destino tampoco es la Basílica de Guadalupe. Ellos llegan a la cima del cerro del Tepeyac. “Vamos al milenario lugar sagrado de los antiguos nahuas, de siglos anteriores a la imposición del catolicismo, donde ofrendaban a Tonantzin: Nuestra Venerada Madre, la tierra, la madre generosa que a todos alimenta y a la que al morir regresaremos”.

La fecha tampoco es la conocida. La otra peregrinación tiene marcada su salida al amanecer del 18 de diciembre “Caminamos durante varios días y noches, atravesamos calles y carreteras, ríos y valles, cerros y volcanes, pueblos y ciudades, para al amanecer del 22 llegar al cerro del Tepeyac.  No nos detendrán ni el dolor ni el cansancio; tampoco el abrasante calor del día o el gélido frío de la noche; llevaremos con nosotros cargando nuestras imágenes guadalupanas, entre ellas “la Comandanta”, que es como la nombraron en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad”.

“OTRO ES EL TIEMPO Y EL ESPACIO, POR ESO ES DIFERENTE EL PASO”

Filo refirió que es el 22 y no el 12 de diciembre la fecha que ellos conmemoran, pues el 12 de diciembre de 1531, que marca el solsticio de invierno, corresponde al calendario juliano, el cual ya había acumulado 10 días de error cuyo el equinoccio de primavera ya caía el 11 de marzo, por lo que tuvo que ser reformado a cargo del papa Gregorio el grande. Por lo que a partir de 1582 entró en uso el calendario gregoriano, el actualmente vigente.

En su cosmovisión,  todas las fechas anteriores a 1582 para pasarlas al calendario actual hay que agregarles 10 días. “Nosotros mazehuales saldremos de nuestra Pirámide guadalupana al amanecer de un día 8-Tochtli, y estaremos en la cima del Tepeyac, si la policía federal no nos lo impide, el día 12-Malinalli”

“Otro es nuestro calendario. Otra es nuestra geografía. Otro es nuestro paso”, resumió.

LA GUADALUPANA-COMANDANTA

La imagen que pareció ofensiva a la Policía Federal es un estandarte que ha recorrido y acompañado luchas en México y Estados Unidos. En el país ha caminado con diferentes movimientos políticos y sociales en movilizaciones, encuentros, mítines, marchas, manifestaciones.

En Estados Unidos acompañó, en 2012, la Caravana por la Paz USA, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, la que durante un mes visitó unas 27 ciudades, participó en muchos rituales ecuménicos.

La imagen corresponde a la Virgen de Guadalupe con la leyenda  “Hasta la Madre dice Ya Basta” y de su boca sale la vírgula de la palabra “Paz, justicia con dignidad”

“Lo que esta pintura está diciendo es que ante los miles de muertos y desaparecidos por todo el territorio nacional… hasta ella, la madre, la gran madre, nuestra madre, Tonantzin, la tierra, dice que ¡ya basta!, que ya hay que parar toda esta guerra, muerte y destrucción”.

Filo precisó que la comunidad chicana que no hablaban español preguntaban por el significado de las palabras “Hasta la Madre dice Ya Basta” por lo que tuvieron que colocarle la traducción: “Even the mother says: enough is enough”

La fotografía de la pintura, quizá la más emblemática  fue la colocada  frente a la Casa Blanca en Washington, con Javier Sicilia a un lado, rodeados de mucha gente portando carteles con la leyenda: “No more drug war”.

Los defensores insistieron “caminar es una ofrenda, un sacrificio, un deber, una forma de resistir, una forma de decir: ¡Aquí estamos, no nos vencieron, no desaparecimos!”

“Nuestros antepasados los antiguos nahuas conservaron a través de los siglos un lugar y un símbolo, ambos sagrados, ambos propios: el Tepeyac y la pintura guadalupana, nosotros los honramos”, sostuvieron.

 

 

 

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