El vocero de la Diócesis de Tlaxcala, Ranulfo Rojas Bretón opinó que ya no consuelo el decir que Tlaxcala es segundo lugar en seguridad.

Si bien Tlaxcala ocupa el segundo lugar a nivel nacional cómo el más seguro del país, no significa mucho para alguien que ha sido víctima de la delincuencia, indicó el vocero de la Diócesis en la entidad, Ranulfo Rojas Bretón.

“Estamos preocupados, la inseguridad nos está pegando a todos, tanto en los hogares, los robos a casa habitación, ha pasado de ejecuciones todo eso ha sido muy dañino”.

Los números presentados durante el primer trimestre de este año en cuanto a seguridad es una cosa, pero la realidad que se palpa y viven las familias Tlaxcaltecas es otra; sobre todo aquella que no se denuncia es diferente, “nos piden denuncias la gente todavía se ve muy reacia a hacer esas denuncias y sienten pues que la impunidad puede ser la que domine”.

De tal manera que, mucha gente quiera tomar justicia por propia mano, son los intentos de linchamiento que se han registrado en la entidad “lo han dicho textualmente (ciudadanos), es que, los van a soltar, no nos van hacer caso, entonces vamos por lo que queremos, ese es el gran problema”.

Bretón Rojas, consideró que después de escuchar los números la tarea de seguridad es un tema que debe ser atendido por las autoridades y también de la sociedad.  “Me parece que la tarea de seguridad sigue siendo tarea de todos, no podemos dejársela solo a las autoridades porque bien no tiene capacidad económica o de personal y cada uno deberíamos sumarnos; como hacerlo, pues ya algunos fraccionamientos, colonias han intentado ejercicios como el de vecino vigilante o silbatos de ayuda, es una labor de todos”, insistió.

Añadió que la seguridad no es percibida, pues si bien los números dicen que la entidad es el segundo estado más seguro, pero “el mal de muchos parece que es consejo de pocos”.

Toda vez que, el segundo lugar a nivel nacional “no le dice nada a quien ha sido asaltado, el ser el segundo no le dice nada a alguien que ha sido robado en su casa, o que ha sido ejecutado no le dice nada un número, una persona no es un número, es una realidad, es una historia y esa obviamente siempre pesa”.

Resaltó que las autoridades les corresponde hacer su tarea y la sociedad también pero no mediante la justicia “en nuestras manos si no a través de la prevención, ayuda, solidaridad y exigir a las autoridades a qué vayamos caminando de la mano”.

Sostuvo el vocero de la Diócesis de Tlaxcala, tras ser cuestionado sobre las madres e hijos que han sido separados a causa de la inseguridad y que no pueden estar juntos en la celebración del 10 de mayo.

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