Hoy la virgen de Ocotlán regresó a su altar después de un largo peregrinar que inició la mañana de este miércoles. Un centenar de personas la llevaron, entre cohetes y el repicar de campanas, por las calles del municipio; fue un recorrido más íntimo, con poca gente.
En su recorrido fue coronada en la basílica de Chiautempan, ahí se le dedicó una misa, permaneció una hora para recibir a los fieles y cerca de las 3 de la tarde partió con rumbo a la basílica de Ocotlán donde ya la esperaban choferes y conductores.
Hoy también se conmemoró el Día del chófer. Desde temprano el transporte público se adornó también con mesura, apenas unos stickers y post con mensajes de familiares y amigos.
Pocas unidades con flores o adornos cargados. En los municipios la celebración fue más efusiva, ahí las combis se adornaron de flores, los choferes se cargaron fotos y con el claxon sonando partieron a su ruta diaria.
En los municipios de Tlaxcala, Apizaco, Zacatelco y Chiautempan a los festejos se sumaron los conductores de los servicios de carga y de limpieza.
Pasando el medio día, poco a poco llegaron a la basílica de Ocotlán conductores de plataformas digitales, combis, camiones de carga, transportistas y motociclistas.
Según la tradición, un manto de la virgen se extiende debajo de la hilera de automóviles para que pasen por debajo de su gracia, como una forma de bendición.
Este año, la virgen se postró a un costado del parque de Ocotlán con su comitiva vestida de blanco, rojo y amarillo. Ahí, el sacerdote bendijo a una caravana que se prolongó más allá del primer cuadro de la basílica. Luego, la virgen ingresó a la iglesia entre cohetes y campanas, adornada de flores y veladoras.
Con esto concluye el «Mes de María» dedicado a la virgen de Ocotlán que ha impuesto como tradición la Diócesis de Tlaxcala para conmemorar su aparición en un árbol de ocote hace más de 500 años. El último rosario del mes se prolongará la tarde de este 31 de mayo.
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