Ambos eran trabajadores de una compañía de grúas que los mandó a retirar unos contenedores y cortar un tanque con soplete

Este lunes, fueron sepultados Juan Ortiz y Martiniano Díaz quienes fallecieron el jueves pasado por la explosión de un contenedor de gasolina en la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR) en Puebla.

Los dolientes de ambos trabajadores realizaron respectivamente misas de cuerpo presente, para posteriormente sepultarlos.

Ambos eran trabajadores de una compañía de grúas que la tarde del 12 de agosto los mandó a la delegación de la FGR en Puebla para retirar unos contenedores y cortar un tanque con soplete, sin un protocolo de seguridad ni supervisor.

Según el gobernador Miguel Barbosa Huerta la explosión se registró cuando “erróneamente” un trabajador intentó abrir una pipa hechiza que fue incautada que estaba vacía, pero tenía acumulado gas en su interior, por lo que a la primera chispa explotó.

Un día después de los hechos, Karen, hija de Martiniano N., de 49 años –la segunda víctima mortal del accidente, detalló que su padre y Juan, así como el hermano de ella, Kevin, de 18 años, fueron enviados por los propietarios de un corralón ubicado al sur de la ciudad a las instalaciones de la FGR.

Señaló que los trabajadores no tenían protocolos, equipo de seguridad ni supervisor, por lo que exigieron a la gruyera asumir también su responsabilidad y justicia para los trabajadores, cuyos deudos serán indemnizados por la FGR.

Sobre los tres lesionados, sólo se sabe que dos fueron trasladados a hospitales por la gravedad de las quemaduras, pero se desconoce su estado de salud, así como del tercer herido.

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