Los estados de Puebla y Tlaxcala registraron afectaciones por sequía en 83.94% y 94.94% de sus unidades de producción agrícolas activas, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) difundidas a propósito del Día Mundial del Agua que se conmemora el próximo viernes 22 de marzo. Las cifras de ambas entidades superan el promedio nacional que fue del 72.19%.
Los datos que corresponden al año 2022 permiten saber también las afectaciones por inundaciones, que en el caso de Puebla y Tlaxcala impactaron a 2.07% y 2.55% de las unidades de producción agrícolas. Estos datos son menores a la media nacional de 12.76%.

Con la información disponible se puede saber que las condiciones en el estado de Tlaxcala, para la producción de alimentos es precaria, pues se ubicó en el quinto lugar nacional con la mayor afectación por fenómenos climáticos a campesinos y productores.

Tlaxcala está a niveles de daño que solo tienen estados del Norte o del Bajío donde la falta de agua es más grande debido a las altas temperaturas y la superficie desértica que les caracteriza.

En el país, Nuevo León es el primer lugar nacional con más unidades agrícolas afectadas por la sequía con 97.24%, seguida de: San Luis Potosí con 97.21%; Querétaro con 96.16%; Tamaulipas con 95.47% y Tlaxcala con 94.94%.En el caso de Puebla, según la información de INEGI, se ubica en el lugar número 13 de 32 entidades del país con mayor afectación de unidades agrícolas por poca disponibilidad de agua en presas y falta de lluvia.

INEGI también precisa que las cosechas o la actividad agrícola está ligada a la posibilidad de que los campesinos y productores tengan agua mediante sistemas de riego por gravedad, goteo y aspersión, siendo las dos últimas las mejores pues garantizan que hay agua constante, en menores cantidades.

Se destaca que en el caso de Puebla y Tlaxcala un 82.47% y 70.58% de unidades agrícolas dependen de un sistema de riego por “gravedad”, un modelo considerado de poco eficiente pues genera mucho desperdicio agua y cuando hay bajo niveles en presas, no llega a cubrir los requerimientos de los campos o sembradíos.

Es sabido que la agricultura en México utiliza anualmente 77% del total de agua disponible en el país mediante estos sistemas de riego por gravedad que no mitigan los problemas de sequía creciente derivado del cambio climático.

Se estima que la eficiencia de aplicación del sistema de riego por gravedad, a nivel parcelario, es menor al 50%, según datos de la propia Comisión Nacional del Agua (Conagua). Es decir, la mitad del agua que se usa para regar cultivos se considera como “desperdiciada”.

La estadística de INEGI refiere que durante 2022, en 31 entidades federativas, la sequía fue el principal factor de pérdida para las unidades de producción agropecuaria activas del país.

El rendimiento de la superficie sembrada mediante temporal fue de 77.92 %, mientras que el de la agricultura por riego fue de 94 por ciento.    

En ese año, de las unidades de producción agropecuaria activas que presentaron pérdidas por algún factor climático o biológico, 72.19% tuvo un siniestro climático debido a sequías y 12.76 %, a inundaciones. 

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