El Banco Mundial estima que si las mujeres participaran laboralmente en la misma tasa que los hombres, el ingreso per cápita sería 22% más alto.

“El principal motivo por el que las mujeres dejan de trabajar cuando tienen hijos es por la poca confianza en las estancias infantiles, de hecho, más de la tercera parte de las mujeres abandonan sus empleos por esta razón”, denunció Gabriela Inchauste, economista líder del Banco Mundial (BM) en su estudio  «La participación laboral de la mujer en México», donde se abordan los retos para las madres trabajadoras.

Según el BM, México debe fortalecer los estándares mínimos de calidad en los servicios de cuidado infantil. Actualmente, las mujeres mexicanas dedican más del doble de tiempo a las actividades domésticas y el cuidado que los hombres, según las encuestas sobre uso de tiempo (EUT).

A raíz de la pandemia, esta diferencia se está agravando. Las mujeres se han visto obligadas a dejar su trabajo debido al cierre de las escuelas. El impacto es fuerte, 1.7 millones de mujeres dejaron de trabajar durante el 2020 según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La participación laboral de las mujeres en México fue tan solo 45% en 2019, comparado con 77% para los hombres, una brecha de 32 por ciento. Esto indica que 4 de cada 10 mujeres trabajan mientras que 7 de cada 10 hombres tienen un empleo y ser madres suele ser un factor decisivo.

El BM estima que si las mujeres tuvieran la misma participación laboral que los hombres, el ingreso per cápita sería 22% más alto. Sin embargo esto se ve lejano, ya que existen obstáculos partíulares para las mujeres.

«Por ejemplo, aún existen reglamentos laborales en donde los empleadores preguntan sobre la situación familiar de una mujer antes de contratarla”.

Una red de servicios de cuidado infantil adecuada y confiable

El sistema de atención infantil para madres trabajadoras presenta ineficiencias; el organismo internacional denuncia que la falta de reconocimiento del derecho al cuidado y discriminación por género y estado civil generan exclusiones y profundizan la desigualdad de oportunidades, además de que existen inconsistencias o regulaciones contradictorias en distintos niveles de la legislación.

“La cobertura de los servicios de cuidado infantil es limitada, con heterogeneidad territorial (mejor disponibilidad en áreas con mayor actividad económica) y es provista predominantemente por el sector privado”

F. Forbes

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