Primero, empieza por aceptar que pase lo que pase, no vas a gastar un solo peso en comprar alimentos.

¿Te ha pasado que cuando vas al supermercado compras alimentos que finalmente nunca te comes o los abres, pruebas y tiras a la basura al poco tiempo? Si tu respuesta el «sí», el reto de la despensa es para ti, te permitirá ahorrar dinero, y a no desperdiciar alimentos. Lea ¿Por qué retirar de tu afore NO es una buena opción?

Primero, empieza por aceptar que pase lo que pase, no vas a gastar un solo peso en comprar alimentos. No es válido iniciar el reto de la despensa yendo primero al supermercado.

De lo que se trata este reto es de hacer una lista de lo que tienes en el refrigerador, los cereales, enlatados, etc. Es evidente que si no tienes nada acumulado no puedes hacer el reto.

Esto porque el objetivo de la dinámica es que veas algo claro: los productos alimenticios que se van acumulando son dinero. Ya desembolsaste una cantidad por ellos y lo justo es que los consumas.

De esta manera, le das sentido al gasto que hiciste en adquirirlos y, lo más importante, es que tendrás la disciplina de no comprar nada más hasta que prácticamente te hayas terminado lo que tienes en la despensa.
Esto te ayudará a dos cosas: en primer lugar vas a dar salida a lo que tienes acumulado, evitando hacer nuevas compras, gastando más dinero. El segundo elemento es que, si haces este reto en serio, aprenderás a comprar mejor, comprando alimentos que realmente te vas a comer y dejarás de acumular de forma inútil.

CÓMO FUNCIONA EL RETO DE LA DESPENSA

Nuestra recomendación es que hagas una especie de inventario, puede ser escrito a mano, de lo que tienes. Habrá cosas como cereales y leche, por ejemplo, que combinan y que ambos tienen una fecha de caducidad. Identifica también todo lo que puede echarse a perder y que puedes usar.

Lo que sigue es que con todo tu inventario de despensa completo, puedas anotar los alimentos de cada día de la semana. Allí estableces cuales serán los desayunos, las comidas fuertes, las cenas, o cualquier dinámica de alimentación que acostumbres.

Puedes hacer de dos formas: ir preparando alimentos en base a tu lista a como vayan saliendo. O hacer comidas que puedas almacenar en recipientes dentro del refrigerador, para calentar después. Obvio, ese «después» no queda abierto para «a ver cuándo», sino que tendrá un día para ser consumido, dentro de tu esquema escrito. Ayúdate con cintas adhesivas para señalar los días que te toque consumir cada uno de esos alimentos.

Además, es muy importante que si tienes familia u otras personas viviendo contigo, les comentes de tu reto y trates de sumarlos. Puede ser divertido si todos participan y seguro te pueden ayudar a cumplir tu reto.

Regla de oro: no se vale comprar comida preparada en la calle. Esto excluye ir a eventos a los que y hayas sido invitado o que estén por venir. En todo caso, se trata de que no gastes, y si eres invitado, no tendrás problema para seguir ahorrando.

Al final de la semana, valora si puedes seguir con el reto unos días más con lo que tienes en la despensa. De no ser posible, te tocará ir al supermercado, pero te aseguramos que verás las cosas de forma distinta.

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