Yolli cumple 500 días de estar encarcelada injustamente, ya que la forma en que dedujeron tres delitos diferentes del mismo hecho

Existe un poema que hace referencia a lo peligroso que es la indiferencia de los seres humanos, su autor es el teólogo y pastor protestante alemán Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984), el texto es el siguiente: <<Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata, cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista, cuando vinieron a buscar a los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío, cuando finalmente vinieron a buscarme a mi, no había nadie más que pudiera protestar>>.

Tomando como referencia las ideas de Niemöller, realizando una adaptación a éstas, de acuerdo a nuestro tiempo y circunstancias, nos queda claro que la indiferencia es peligrosa, además es precursora de más violaciones y abusos de poder, ya que, las personas al mirar hacia otros lados y evadir la realidad, respecto a las violaciones que están viviendo otras personas, o simplemente salir por la tangente de los problemas, se van quedando solas sin alguien que los apoye cuando lo requieran, de esta forma, indirectamente permitimos más violaciones y abusos de poder; ya que, al no hacer nada respecto a un acto de injusticia, pareciera que las cosas marchan bien y los abusos son aceptados, por lo que los que cometen esos abusos e injusticias pasan desapercibidos ante la memoria de las distintas generaciones presentes y futuras, además, la historia no los coloca en el lugar que les corresponde, como lo que realmente son: verdaderos verdugos y corruptores de la justicia, la ética y la moral.

En esta ocasión, esta columna está dedicada de forma respetuosa y con todo nuestro apoyo, a Yolli García Álvarez, servidora público que durante su desempeño en cargos públicos ha demostrado profesionalismo y capacidad en la función pública, Yolli, se ha desempeñado en distintos cargos a nivel federal y local; en marzo de 2005, fue nombrada por el Senado la República mexicana, como Magistrada en la Sala Superior Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con sede en la ciudad de Xalapa, Veracruz, previamente había sido secretaria de estudio y cuenta por oposición en la Sala Regional Xalapa; de 1995 al 2000, fue profesora investigadora y fundadora del Centro de Capacitación Judicial Electoral; en 2001, fue profesora investigadora y fundadora de la Escuela Judicial Electoral; cuenta con una serie de artículos en materia de justicia electoral; en el año 2014, la sexagésima tercera legislatura del Congreso del Estado de Veracruz, la nombró Consejera del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, asumiendo el 3 de agosto de 2015, por decisión y aprobación del Pleno, la presidencia del Instituto; en el año 2017, fue elegida por los integrantes del Sistema Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (SNT), Coordinadora Nacional de los Organismos Garantes de Transparencia del País; en el año 2020 concluyó su periodo como comisionada, fue a partir de ese momento, cuando inició una pesadilla para ella y para su familia.

El día 27 de marzo de 2020 fue aprehendida producto de una denuncia del contralor del IVAI, acusada de haber nombrado de manera irregular, en marzo de 2019, a dos personas para que fungieran como encargados de despacho del Órgano Interno de Control del propio IVAI, a pesar de que ambas propuestas fueran realizadas por el propio contralor y que aún siguen laborando ahí, dos años y medio después de su supuesto nombramiento irregular; dictándosele la prisión preventiva sin que a la fecha exista ninguna sola justificación razonable ni legal para privarla de su libertad.

Hoy, Yolli cumple 500 días de estar encarcelada injustamente, ya que la forma en que dedujeron tres delitos diferentes del mismo hecho; la forma en que pretendieron justificar su supuesta peligrosidad; la forma ilegal en que decidieron reconocerle al Fiscal el carácter de “víctima del delito”; la forma tibia e incomprensible en que se han resuelto los amparos a su favor, únicamente para efectos de reponer los vicios del proceso; y más recientemente la forma en que se dictaron las sentencias derivadas de los amparos en revisión penal con expediente 155/2020 y 34/2021, del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito en Veracruz, nos duelen y nos recuerdan que todavía hay en el país muchos juzgadores que no entienden la progresividad de los derechos humanos y el principio pro persona, sin que hasta el momento la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya hecho algo al respecto.

Para quienes hemos tenido la oportunidad y la fortuna de conocer a Yolli García Álvarez, sabemos de su enorme calidad de ser humano, reconocemos en ella a una gran persona, a una mujer aguerrida, de carácter fuerte y firme, una mujer de convicciones, de altos valores éticos y morales, mujer que proporciona la amistad de forma honesta y desinteresada; en el ámbito público, su paso por distintas instituciones, han dejado la evidencia de su calidad como servidora público, funcionaria ejemplar; en el ámbito personal hija, hermana, esposa, madre y amiga, en pocas palabras una mujer ejemplar que hoy está atravesando por una grave crisis personal, de la que estamos seguros saldrá adelante más fortalecida.

Sin embargo, las heridas personales y las fracturas institucionales no cerrarán pronto, es posible que nunca, el daño está hecho tanto a Yolli como al Sistema Nacional de Transparencia y a todas los servidores públicos que lo conforman, lo acaecido a Yolli es un hecho que afecta gravemente la autonomía y la independencia de las instituciones que tienen bajo su responsabilidad tutelar derechos humanos, pone en riesgo el Estado Constitucional de Derecho y afecta mortalmente a la endeble democracia de nuestro País; nos pronunciamos por Justicia para Yolli , libertad para Yolli ya.

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