Primero alzaron las manos hacia el cielo para recibir la energía del Sol, después se hincaron sobre el pasto para reflexionar y saludar a la madre tierra.

El incienso, instrumentos y música prehispánicos, así como los danzantes crearon el ambiente idóneo para que decenas de visitantes vestidos de blanco “cargaran” de energía positiva sus cuerpos en la zona arqueológica de Cholula con motivo del equinoccio de primavera.

Aunque la entrada de la primavera fue el miércoles pasado, desde el fin de semana decenas de familias, jóvenes y seguidores de la mística prehispánica han acudido a la gran pirámide de Cholula, la mayoría provenientes de ciudades aledañas como Puebla capital.

La familia Juárez llegó cerca de las 9 de la mañana para evitar el intenso sol y las largas filas para acceder a la zona arqueológica y posteriormente subir a la iglesia de la Virgen de Los Remedios, todos vestidos de blanco tenían el propósito de llenarse de las “buenas vibras” de la primavera.

Lo más difícil, dicen, será la subida al cerro de Los Remedios pues no cargaran energía en la zona donde se observa parte de la pirámide, porque para entrar ahí cobran y pagar la entrada de sus seis miembros significaría un gasto de casi 500 pesos.

Para las 10:00 de la mañana el calor empezó a sentirse con fuerza, pero ello no importó para la señora Lizeth quien con su grupo de amigas subió a la explanada del cerrito para “limpiarse, purificarse y llenarse de energía” en uno de los rituales organizado por chamanes de la región.

“Es la segunda vez que venimos, la subida está pesada por el calor, pero vale la pena para cargarnos de energía para todo el año, pero ya no entramos a la pirámide porque está caro, pero todo este cerro es parte de la pirámide”, expresó.

Perciben una baja afluencia

En la explanada, las personas reunidas siguieron las indicaciones de Don Ray y su grupo de danzantes, primero alzaron las manos hacia el cielo para recibir la energía del Sol, después se hincaron sobre el pasto para reflexionar y saludar a la madre tierra.

Veinte minutos después el ritual concluyó con la petición de una cuota voluntaria, que bien vale la pena para alejar las malas vibras de los asistentes que siguieron su camino hacia la iglesia de Los Remedios o bien bajaron a desayunar.

En las explanadas alrededor de la zona arqueológica, tanto del lado de San Andrés como de San Pedro, puestos de artesanías, instrumentos, comida, sombreros, aguas frescas y por supuesto cervezas para mitigar el cansancio y calor de quienes descienden tras llenar el cuerpo de energía.

Los vendedores coinciden en que la afluencia fue menor en comparación al fin de semana pasado; sin embargo, esperan que hasta el próximo fin de semana cientos de creyentes en la mística prehispánica continúen llegando.

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