La mayor parte del santoral de la iglesia católica tiene sus orígenes en España e Italia

Hoy, cuando han transcurrido siete días y faltan por transcurrir 358 días para concluir este 2018, festejan su santo: San Raimundo de Peñafort, San Alderico, San Canuto Lavard y San Ciro.

San Raimundo de Peñafort
Nace en 1175 en Villafranca del Panadés (cerca de Barcelona, España). Rechazando una vida cómoda y alegre, se había dedicado desde muy joven a los estudios filosóficos y jurídicos; a los veinte años enseñaba filosofía en Barcelona, y a los treinta años, recién graduado, enseñaba jurisprudencia en Bolonia. Nombrado canónigo en Barcelona, entró en la orden de los dominicos y en 1238 fue nombrado Superior General. Redactó importantes obras de teología y moral y a los setenta años dejó su cargo para poder continuar en la enseñanza y en la pastoral. Murió con casi cien años.

San Alderico
7 de enero Siglo IX
En la ciudad de Cenomanum (hoy Le Mans), en el reino de los francos (hoy Francia), san Alderico, obispo, que se esforzó en promover el culto a Dios y a los santos.

San Canuto Lavard
7 de enero Siglo XII
En los bosques cercanos a Ringsted, en Dinamarca, san Canuto, apellidado Lavard, mártir, quien, hecho duque de Schleswig, ejerció el poder de modo justo y prudente, y favoreció la piedad de su pueblo. Murió asesinado por enemigos que rechazaban su autoridad.

San Ciro
7 de enero Siglo VIII
En Constantinopla (hoy Estambul, en Turquía), san Ciro, obispo, el cual, siendo monje en Paflagonia, fue elegido para ocupar la sede constantinopolitana, pero, depuesto luego de la misma, murió finalmente en el destierro.

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