La Colectiva de Amorosas Madres contra la Violencia Vicaria indicó que hay casos de mujeres que hace 11 años no ven a sus hijos, por lo que se presentarán de forma colectiva ante la FGE

Treinta mujeres víctimas de violencia vicaria, algunas desde hace más de una década, se preparan junto a sus abogadas para reactivar sus denuncias por sustracción de sus hijos por parte de exparejas y padres, procesos que se mantenían sin avances en la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, hasta la aprobación, publicación y entrada en vigor de la ley que tipifica y establece castigos para este delito.

Daniela Flores Mustre, integrante de la Colectiva de Amorosas Madres contra la Violencia Vicaria CAM-CAI dijo que hay casos de mujeres que desde hace 11 años no ven a sus hijos, así como otros de 3, 6 o más meses, por lo que la entrada de vigor de la Ley Vicaria es un rayo de luz.

Se espera que las mujeres y su defensa legal se presenten de manera grupal con sus denuncias ante la FGE, donde además solicitarán una audiencia con el fiscal general del estado, Gilberto Higuera Beltrán, para pedirle capacitación inmediata al personal que las atenderá.

“Ahora lo que tiene que cambiar es que nos dejen de revictimizar y desacreditar nuestro dicho en los ministerios públicos y en los juzgados. La única forma que nos daremos cuenta que las cosas van a cambiar es ahora que nos presentemos con las 30 denuncias y veamos cómo nos tratan”, indicó Flores.

Una de las demandas de colectivas feministas y diputadas que impulsaron la Ley Vicaria es formar a los servidores públicos, pues han sido una fuente de violencia institucional con el maltrato e indiferencia tanto en la fiscalía como en los juzgados.

“Si llegamos y nos vuelven a tratar como siempre entonces no hay ni capacitación, ni atención con perspectiva de género. Será una lucha larga pero que sepan las autoridades que no desistiremos para regresar a nuestros hijos e hijas a casa”, añadió.

Las mujeres que forman parte de la CAM-CAI tiene por objetivo seguir creciendo con redes de colectivas en todo el país, para fortalecer al movimiento e instalar refugios donde las mujeres víctimas de violencia vicaria lleguen ahí con sus hijos en tanto se litigan sus asuntos, expresó Daniela Flores.

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