Según datos del Coneval, Puebla ocupó el sexto lugar en tasa de embarazos de mujeres adolescentes, mientras que Tlaxcala se ubicó en el lugar 12

Puebla y Tlaxcala se ubicaron por arriba de la tasa nacional sobre fecundidad adolescente en 2020. Durante el primer año de la pandemia, Puebla tuvo una tasa de 76.8 embarazos en adolescentes por cada mil mujeres de 15 a 19 años de edad , mientras que en Tlaxcala fue de 71.5, superando así la tasa nacional, que fue de 68.5 embarazos, cifra que ha colocado a México como uno de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con la mayor tasa de fecundidad adolescente.

Lo anterior fue revelado en el estudio «Embarazo en la adolescencia y el acceso a educación y servicios de salud sexual y reproductiva: un estudio exploratorio» del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), enfocado en siete municipios de seis estados de la República. Aunque no incluye a los estados de Puebla y Tlaxcala, sí proporciona un balance general sobre las políticas para reducir el embarazo en adolescentes en los últimos 20 años.

Destaca que Puebla ocupó el sexto lugar con la mayor tasa de embarazos en mujeres menores de edad, solo debajo de Coahuila, Chiapas, Nayarit, Campeche y Michoacán, mientras que Tlaxcala se ubicó en el lugar 12. Ambas entidades muestran una tendencia a la baja en uno de los problemas sociales que, además de estar relacionado con políticas de educación y derechos sexuales de las infancias, en el contexto de México está relacionado con la violencia de género y el matrimonio infantil.

Destaca que en el año 2000, la tasa de embarazo adolescente en Puebla era de 86.4 embarazos por cada mil mujeres de 15 a 19 años, la cifra disminuyó a 76.8 en 2020 con un repunte intermedio de 83.4 registrado en 2015.

La medición del Coneval se hace cada cinco años con datos del Consejo Nacional de Población (Consop); respecto a Tlaxcala, en 2000 la tasa era de 81.5 embarazos por cada mil mujeres menores de edad y para 2020 disminuyó a 71.5, también con un repunte registrado en 2005, al pasar después de una tendencia a la baja a 80.4.

Los datos generales muestran que el embarazo adolescente en 2020 y hasta 2022 tendrá un aumento debido a la pandemia que obligó al cierre de las escuelas y, por lo tanto, a la suspensión de la educación sexual, además confirma que el hogar es uno de los lugares donde las mujeres son violentadas y agredidas; sin embargo se ha proyectado una disminución nacional a 51.7 embarazos para 2050.

Respecto a la relación entre la salud sexual y la educación, el Coneval advierte de la falta de servicios de salud sexual y reproductiva se evidenció por la pandemia y la deserción escolar de menores estudiantes a causa del embarazo.

Solo 8.8 por ciento de los adolescentes ya acudido a una clínica y hospital para recibir atención sexual y planificación familiar, 61.2 por ciento acudió a pláticas y 17.7 por ciento de las menores mencionaron que acudieron a consultas con el ginecólogo.

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