Las acciones que han terminado con la detención de varios cabecillas de bandas.


El recorte de 179 millones de pesos que resentirán 16 municipios del estado de Puebla, principalmente de la zona conurbada con la capital y ésta misma, por la anulación del Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg), parte de un pésimo diagnóstico del gobierno de Andrés Manuel López Obrador sobre la seguridad en el país y la eficiencia que, supone él, tienen las acciones de la Guardia Nacional.

Al menos en nuestro estado, esta corporación no ha dado resultados más allá de acompañamientos presenciales a otras dependencias, sin llegar a convertirse en el gran eje, como se planteó, de la estrategia federal de seguridad.

Las acciones que han terminado con la detención de varios cabecillas de bandas, y que han logrado que Puebla esté hoy en el lugar 21 a nivel nacional en materia de incidencia delictiva por cada 100 mil habitantes, son logros de la Policía Estatal y del Ejército.

De ahí que, si desde los escritorios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) o de Palacio Nacional, se estima que los recursos del Fortaseg ya no son necesarios, están en un error grave.

Ese dinero por supuesto que, en más de una ocasión, desde que se instauró el programa, en el año 2016, se ha mal utilizado, desviado o malversado. Sin embargo, debe concederse que es necesario, pues su etiquetación va a sueldos, equipo, homologaciones, capacitación e infraestructura de las corporaciones policiacas municipalistas.

Entre los municipios afectados estarían Puebla capital, Amozoc, Atlixco, Cuautlancingo, Huauchinango, Chignahuapan, Huejotzingo, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Izúcar de Matamoros, San Martín Texmelucan, Tecamachalco, Teziutlán y Zacatlán.

De las regiones en que más incidencia delictiva hay. Un segundo tema que deja a la vista este caso específico, de muchos otros recortes que trae el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.

Para el Ejercicio Fiscal 2021, es el esquema unipersonal del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que termina por anular, castrar es la metáfora correcta, una de las facultades más importantes de los diputados federales: la gestión.

Desde la SHCP se determina el gasto y su destino, sin tomar en cuenta los proyectos que puedan presentar los diputados federales, pues la aprobación del PEF es facultad exclusiva de la Cámara Baja. No hay cabildeos para obras, acciones o para conseguir, como en el pasado, recursos extras para los estados.

Los diputados, ahora más que antes, en este tema, se han convertido en silentes levantadedos, pues el presidente con su mayoría parlamentaria aplasta cualquier intento de rezongarle. Mal diagnóstico sobre la seguridad y castración legislativa son los generadores de estos recortes ilógicos, hachazos arteros al presupuesto, que terminarán por afectarnos a todos.

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