La corrupción petrolera en México tiene números desastrosos que son tan públicos como ominosos.

Opacidad y corrupción sindical petrolera

La corrupción petrolera en México tiene números desastrosos que son tan públicos como ominosos: 66 mil 300 millones de pesos son las pérdidas reportadas por Pemex en 2018 por robo de combustible, en el que existe una tremenda colusión entre las autoridades locales de las zonas por las que atraviesan los ductos y el personal sindicalizado de Pemex.

Puebla, junto a Guanajuato, es la Meca del huachicol. Desde finales de diciembre pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó la cruzada antihuachicol, oficialmente llamada “Plan Conjunto de Atención a Instalaciones Estratégicas de Pemex”, la cual devino en desabasto de gasolina en muchos estados so pretexto de mitigar el robo de combustible tras el cierre de múltiples ductos.

Así se trató de controlar parte del robo en despoblado a la paraestatal más importante del país Sin embargo, otro de los factores clave del saqueo a Pemex, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), luce intocado e incluso se da el lujo de ignorar órdenes de la institución más importante de México en materia de transparencia: el INAI.

El pasado 6 de marzo, feneció el plazo para que el STPRM, que capitanea Carlos Romero Deschamps, colocase en su página web información relativa a sus contratos, el ejercicio y destino del dinero público que recibe, además de los gastos de sus funcionarios.

La orden de transparentar todo eso vino del INAI, orden que ha sido desacatada olímpicamente por el sindicato, ese mismo que ha sido evidenciado por la periodista Ana Lilia Pérez en su libro “El Cártel Negro” como el autor material de robo en despoblado de hidrocarburos en plenas instalaciones de Pemex.

De hecho, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, mantiene en su sitio web (https://contralacorrupcion.mx/Transparencia-sindicatoPemex/) una campaña para recabar firmas para exigir que se haga cumplir la Ley de Transparencia al sindicato petrolero.

La constancia de que el hurto referido sigue siendo cotidiano, la dieron el pasado 20 de febrero cientos de choferes de pipas particulares que surten a las instalaciones de Pemex en Puebla, quienes denunciaron que en la sede de la paraestatal en el Parque Industrial Puebla 2000, a cada uno se le roba combustible, el cual se le descuenta a los choferes de su salario.

Esas instalaciones son controladas por personal sindicalizado de Pemex.

Otro caso grave es el del aumento de asaltos a las plataformas petroleras de Campeche, a las cuales no es fácil el acceso ya que -en teoría, según confirmó personal consultado al respecto- hay vigilancia permanente; sin embargo, es común el robo de equipo especializado e incluso partes de helipuertos.

La logística y equipamiento de esas instalaciones sólo la conoce a la perfección el personal sindicalizado de Pemex.

Está visto que a escala chica, mediana, grande y gigante, el sindicato petrolero está involucrado en robos contra la nación, y además de seguir impune, se da el lujo de negarse a cumplir con las disposiciones de un organismo autónomo como el INAI, que deberá en algún momento hacer que se acate, sí o sí, la orden de transparentar cómo manejan el botín que reciben del erario Carlos Romero Deschamps y sus pupilos. Viva México.

Twitter: @jorgemachucal

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