Prácticamente después de recibir las llaves de la alcaldía, la exvecina del barrio de San Miguelito tomó la decisión de cancelar el contrato con la empresa Citélum sobre este servicio.

Dicen que no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas… Y parece que este refrán aplica para abordar el tema de la presidente municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, sobre alumbrado público.
Prácticamente después de recibir las llaves de la alcaldía, la exvecina del barrio de San Miguelito tomó la decisión de cancelar el contrato con la empresa Citélum sobre este servicio.
Desconozco si Rivera Vivanco y su equipo analizaron el tema; sin embargo, no hacerlo desde antes de asumir la administración municipal sería el primer gran error de la segunda alcaldesa en la historia capitalina.
Cuando el actual gobernador era presidente municipal era José Antonio Gali Fayad realizó una licitación, en la cual participaron 6 empresas y obtuvo el compromiso de la firma francesa de usar nuevas luminarias con tecnología LED, lo que le permitiría al gobierno municipal disminuir en más de 40 por ciento su gasto en energía eléctrica, que para entonces ascendía a 12 millones de pesos mensuales, como consecuencia de tener 83 mil puntos de luz.
De esta manera, Citélum se hizo de un contrato por casi 668 millones de pesos.
Con todos estos datos, insisto, sería negligente haber cancelado un contrato, sin saber el tamaño del problema que se venía encima. Y no sólo eso, sin saber si el ayuntamiento contaba con capacidad operativa para atender esta situación, pues ahora sabemos que sólo puede atender una décima parte de las necesidades de esta capital poblana, según José Israel Román Romano, secretario de Infraestructura y Servicios Públicos. 
La razón: la dependencia solo tiene cinco cuadrillas de cuatro personas para toda la Angelópolis.
¿Quién le recomendó a la presidente municipal cancelar el contrato?
¿Acaso pensaban que el tema de alumbrado público se resumía a bajar y subir el switch en las mañanas y en las noches?
Pero, el tema no termina aquí.
La presidenta de la Comisión de Servicios Públicos en el cabildo poblano, Cynthia Juárez Román, dijo que la cancelación del contrato de Citélum se debía a que era necesario pagar 30 millones de pesos, cuando Luis Banck sólo había 27 millones en las arcas municipales para este rubro, pese a que el otrora alcalde aseguró que ya estaba pagada la cuenta hasta diciembre.
¿Quién miente?
Ante tal escenario, la semana pasada, Juárez Román reveló que el ayuntamiento había firmado un “contrato temporal”. Más tarde se supo el nombre:  Milenium, Centro de Iluminación, empresa originaria de Jalisco.
Costo: casi 18 millones de pesos. La firma tapatía prometió la creación de mil 500 puntos nuevos de luz.
En comparación con lo que cobraba Citélum, representaría un ahorro de 15 millones de pesos. Sin embargo, ¿por qué no hubo licitación? Hoy sabemos que fue una asignación directa.
¿Por qué?
Israel Román Romano, secretario de Infraestructura y Servicios Públicos, dijo este martes que la decisión está sustentada en el artículo 19 la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público Estatal y Municipal.
Y usted se preguntará: ¿qué dice ese artículo? En resumen, que la asignación directa de contrato se puede hacer de forma directa en caso de emergencia.
Y claro que lo era.
Pero también establece que la emergencia debe ser justificada ante la Contraloría, por lo que no estaría de más saber el diagnóstico. No dudo que la capital poblana estaba en estado de emergencia.
Claro que no, si varias calles parecían cueva de lobo para beneficio de la delincuencia que encontraba el paraíso en esas zonas prácticamente sin sombras, donde el negro se hacía más oscuro.
Vale la pena reconocer que la explicación oficial, vino rápido; pero, por qué la opacidad, por qué pensar mal.
Para colmo, trascendió que la compañía de Manuel Bastidas Martínez y Griselda García Aldana tendría problemas con sus declaraciones de impuestos e, incluso, que tendría un pleito con el gobiernos estatal y municipales, aunque la comuna ha rechazado las versiones.
Creo que Claudia Rivera tiene buenas intenciones, pero ya pasó un mes desde que asumió la alcaldía poblana y todos están esperando resultados: que la inseguridad, que los ambulantes, que los baches…
Las soluciones no deben tomarse sobre las rodillas, ni en lo oscurito. Los habitantes de la capital exigen resultados, pronto.
Pero, hay que cuidar las formas. La inexperiencia ya no vale como descargo
Y recuerde: Nadie es completamente bueno, ni completamente malo

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