Se trata de una herramienta invaluable para los padres en duelo en casos de pérdida gestacional, perinatal o neonatal, dándoles algo valioso: tiempo

En este mes que se busca crear conciencia sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal, hemos hablado del duelo que se experimenta al ser una pérdida poco reconocida y como comentábamos, aunque se han dado algunos pasos para visibilizarla, aún nos falta mucho por hacer, pues lidiar con la pérdida de ilusiones, impacto y anti naturalidad que trae consigo una pérdida de éste tipo, es muy complicado; sin embargo hay maneras en que se puede hacer un poco más llevadero el duelo. Una de esas maneras es la llamada cuna de abrazos o «cuddle cot» cuyo uso está muy extendido en Reino Unido, pero apenas empieza a serlo en otros sitios.

¿Qué es una «cuddle cot» o cuna de abrazos? es una herramienta invaluable para los padres en duelo y eso es porque les da aquello que tanto anhelan: tiempo. Cuando hablamos de una pérdida gestacional, perinatal o neonatal, lo que menos hay es tiempo con el bebé que ha fallecido y es tanto el estado de incredulidad, que difícilmente se piensa en lo que podría ser de utilidad para el duelo que está por iniciar.

Muchas de las veces, no hay ni siquiera la oportunidad de ver al bebé fallecido, lo que ocasiona que queden muchas dudas de si realmente murió y la incredulidad se alargue aún más. La «cuddle cot» o cuna de abrazos es un dispositivo refrigerante que está pensado para dar tiempo sobre todo a la madre, que puede estar inconsciente en una Unidad de Cuidados Intensivos tras un parto complicado o un accidente y al despertar, pueda despedirse de su hijo, aunque también se contempla claro, para el padre que no está presente y en general la familia que puede tardar horas e incluso días en poder llegar al hospital a acompañar en su duelo a los padres.

El uso de la cuna de abrazos dependerá mucho de la aceptación de la familia, pues habrá quienes se despidan en poco tiempo porque estén presentes y conscientes quienes tengan que hacerlo y no sea necesaria y otros casos más complejos que requieran de más tiempo para hacerlo, pues aunque nos pueda parecer incluso tétrico, tenemos que ponernos en el lugar de ésas familias que no tienen imágenes ni recuerdos aún con el bebé y querrán aprovechar el tiempo para tomar fotografías, abrazar, despedirse o tan solo verlo, para empezar a aceptar la realidad de la partida.

El mecanismo mediante el que opera la cuna de abrazos es realmente muy sencillo, pues consta de una máquina que se acopla a la cuna y hace la función de refrigeración. Dentro se coloca una manta que se enfría para poder mantener el cuerpo frío y así ralentizar los cambios de la muerte. Funciona como un ventilador que a través de tubos conectados a la manta, por medio de agua fría que llega constantemente, hace que la manta pueda regalar ese tiempo que tanto necesitan los padres en su aflicción.

A pesar de lo sencillo del mecanismo de funcionamiento y los grandes beneficios aportados al proceso de duelo en las familias, aún no se encuentra tan extendido su uso y en la mayoría de los casos, las que existen en los hospitales que cuentan con ellas fuera de Reino Unido, son resultado de donaciones que hacen padres en duelo para ayudar a otros que puedan encontrarse en su misma situación, siendo la cuna en sí, un legado de amor y compasión, que hacen en memoria de sus hijos.

Desafortunadamente la muerte en general sigue siendo un tabú y un tema del que no queremos saber hasta que no tenemos opción, pero deberíamos hablar más y visibilizar la necesidad de contar con cuartos de duelo donde en cada hospital, exista al menos una cuna de abrazos que esté disponible para todos los que la necesiten, que se permita iniciar el proceso de duelo en los hospitales, donde se permita contar con algo de tiempo para procesar todo lo que está ocurriendo, en privado, en familia, expresando aquello que necesiten y no hasta el momento del funeral donde todo parece tan irreal, que pocas personas realmente expresan el cómo se sienten, pues ven inhibido su dolor por la presencia de tantas personas alrededor con buenas intenciones, pero a menudo con palabras que intentan ser de consuelo y terminan siendo frases que resuenen en su cabeza dolorosamente incluso durante años.

Ningún duelo es sencillo, ni parecido a otro aunque se trate de una pérdida similar, pues cada persona reaccionará con sus propios recursos y debemos ser conscientes de ello, porque acudir a un funeral no debiera ser visto como una cortesía social, sino como un verdadero compromiso de empatía y escucha activa, donde los deudos son lo que más deberían de importar, no nuestras historias, puntos de vista o ejemplos.

¿Conocían ustedes de éstas cunas? ¿Las considerarían necesarias? Recuerden que esperamos sus comentarios a través de nuestras redes sociales.

¡Hasta pronto! Nos leeremos nuevamente desde el diván.

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