El 60 por ciento de la población privada de su libertad en Tlaxcala padece trastornos de depresión, ansiedad, insomnio y problemas de ira, porcentaje que empata con el 70 por ciento de los presos que aún no tienen sentencia, reveló el «Diagnóstico del Sistema Penitenciario de Tlaxcala» realizado por las organizaciones Reinserta y Ocupa.
A esto se suma que las visitas del personas especializado en atender trastornos emocionales para las personas privadas de su libertad se realiza cada seis meses, lo que implica que los pacientes no reciban atención de manera periódica
De acuerdo con el diagnóstico, Tlaxcala es el segundo entre los estados mejor evaluados sobre las condiciones de sus centros penitenciarios, con una calificación promedio de 7.92 puntos de 10 en la última evaluación de 2022.
Sin embargo, las organizaciones, cuyo objetivo del análisis es identificar las debilidades que, en otras experiencias, propician disturbios, violencia y autogobierno en los Ceresos, refieren que el sistema de reinserción en Tlaxcala tiene aún rezagos, como el alto porcentaje de presos sin sentencia y la desigualdad laboral.
Según el informe, el 70 por ciento de la población femenina trabaja pero no recibe una paga, lo que dificulta la manutención de la familia en el exterior a pesar de que el 95 por ciento está dispuesta a laborar.
Otra de las debilidades es en materia de infraestructura, con la ausencia de focos, baños, regaderas, parrillas, dormitorios y red de drenaje en mal estado.
La evaluación de 2022 realizada por Ocupa coincide con la realizada en 2021 por la CNDH sobre la debilidad del sistema penitenciario estatal para atender los problemas de adicciones.
De acuerdo con el Diagnóstico, Tlaxcala no tiene condiciones óptimas para ofrecer tratamientos de desintoxicación que permita la rehabilitación de las personas.
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