La marcha del orgullo LGBTTIQ es básicamente política, pues se aglomeran entes activos que demandan acciones concretas 

Al medio día, integrantes de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero, travestis, intersexuales, queer y más (LGBTTIQ+), empezaron a llegar a la asta bandera, punto de reunión ubicado en el municipio de Tlaxcala y que se ha convertido en el centro de reunión para la comunidad.

Esta es la segunda marcha del orgullo que se celebra después de dos largos años de encierro y calles vacías por la pandemia. Hoy, el tono es festivo, colorido, con porras, sonrisas y demandas dirigidas a la sociedad, al gobierno y a las familias: ´esos mirones, también son maricones´, ´detrás de las ventanas, también hay más lesbianas´, ´detrás de los balcones, están los maricones´.

La marcha es distinta a las que estamos acostumbrados a ver, aquí hay euforia, reconocimiento entre iguales y distintos, risas y baile, pero también demandas. Ninguna es tan ambivalente desde los años del Yo soy 132.

La marcha del orgullo LGBTTIQ es básicamente política, si se entiende por ese concepto no solo la aglomeración de personas con fines comunes, sino de entes activos que demandan acciones concretas para garantizar sus derechos.

´Libertad, libertad´, entonan desde su recorrido de la asta bandera al zócalo de la ciudad donde exigen respeto a la igualdad, la diversidad, la integración y la no discriminación. Tlaxcala es homofóbica y discriminadora, coincide la mayoría mientras portan pancartas de casos de homofobia y transfobia.

El contingente de la marcha número 20 lo encabeza el rey y la reina, son travestis y lesbianas dirigiendo a los más de 10 colectivos y contingentes y a los primeros bares emblemáticos donde pasaron políticos y funcionarios.

Este año hay un aire de reconocimiento institucional de la lucha por la diversidad y el orgullo; en días pasados la secretaría de cultura dio a conocer el programa de la semana cultural diversa y la coronación de la reina del orgullo en recintos que en otros tiempos habían permanecido cerrados para la comunidad.

Hoy cientos ondean banderas, entran a la plaza, ´no que no, sí que sí, ya volvimos a salir´, dicen dirigiendo la voz a Palacio.

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