Se le puede reconocer por sus colores opacos, fondo cuadriculado, acabado de barbitas en los extremos y textura frecuentemente áspera

La cobija tilma, esa que fabrican en diversas empresas de Tlaxcala, la de colores opacos, con fondo cuadriculado, acabado de barbitas y textura áspera… está en peligro de extinción debido a la llegada al mercado nacional de cobertores térmicos elaborados con tela polar y otras.

Y aunque ha librado de morir de frío a millones de mexicanos por cientos de inviernos, la cobija está a punto de perder la batalla, según una nota de México Desconocido, la cual se reproduce a continuación:

Se le puede reconocer por sus colores opacos, fondo cuadriculado, acabado de barbitas en los extremos y textura frecuentemente áspera. Nos referimos a la cobija tilma, una frazada nacida en México.

Pero algunas empresas textiles mexicanas, sobre todo del estado de Tlaxcala, aún se encargan de producirlas para conservar la tradición, es el caso de pequeños talleres, así también fábricas como Castelog, La Luz o Amltextil, compañía que por cierto creó una cobija tilma con tratamiento retardante al fuego.

Aunque más allá del esfuerzo que los fabricantes pongan en seguirlas produciendo para evitar su desaparición, en gran medida lo hacen porque aún hay una demanda considerable de ellas, sobre todo por su precio.

En la actualidad una tilma se puede encontrar entre 66, 100 o 133 pesos, lo que la convierte en la favorita, no solo de la población en general, sino de los gobiernos municipales y estatales que buscan quedar bien con la gente menos favorecida, regalándoselas en invierno o emergencias climáticas.

Sobre quién y en qué año inventó la cobija tilma se sabe poco o nada, de hecho no existe que se sepa una tesis u otro tipo de investigación profesional al respecto, pero el lenguaje ofrece algunas pistas.

La Real Academia de la Lengua Española (RAE) expone que la “tilma” es una manta usada en México hecha de algodón que llevan los hombre del campo a modo de capa, anudada sobre un hombro, por lo que parece que “tilma” es un sinónimo del famoso ayate de Juan Diego.

Pero el origen de la palabra es aún más profundo, “tilma” es identificada como una palabra náhuatl, que deriva en “tilmatli” y “tilmapechitli”, la primera significa manta acolchada y la segunda tejido de algodón con cenefas y dibujos diversos, de acuerdo con un estudio sobre el zarape que Ramón Mena hizo para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

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