Urgen activistas, ciudadanos y urbanistas a desenterrar el río que en la actualidad corre de manera subterránea bajo el bulevar Héroes del Cinco de Mayo.

La reducción de aguas pluviales y de zonas verdes, así como la contaminación del sistema hídrico del municipio de Puebla son las principales afectaciones del embovedamiento del Río San Francisco, obra que se realizó con dinero de los poblanos a través de la recaudación de impuestos, pero que no benefició a la comunidad.

Así lo señaló, José Héctor Cortés Hernández en la conferencia “Embovedamiento del Río San Francisco una oda a la corrupción y la derrota ambiental de Puebla” en la que aseveró que si bien la obra fue legal, estuvo envuelta en varios casos de corrupción.

Entre las irregularidades, expuso que la obra terminó costando poco más de 95 millones de pesos, pues cuando el exgobernador Antonio Nava Castillo renunció al cargo se robó cerca de 32 millones de pesos, provenientes de un impuesto especial aplicado a pobladores de los municipios cuando –en 1962– se anexaron a Puebla capital como juntas auxiliares.

A ello, sumó la aplicación de avalúos exprés con los que se expropiaron 187 inmuebles que se encontraban a los márgenes del río.

Señaló que el embovedamiento del río San Francisco tuvo tres principales objetivos: la protección al conjunto denominado “Zona Típica” como antes se conocía a la ahora Zona Monumental; cuidar la integridad de os ciudadanos ante posibles tempestades como inundaciones en los barrios y centro de la ciudad; y la sanidad de la zona, pues el río estaba muy contaminado de residuos industriales y domésticos, para lo cual se optó por ocultar su caudal.

Sin embargo, sostuvo que la obra no sirvió para tales fines, además que actualmente los poblanos padecen la reducción de la captación de aguas pluviales lo que impide que pozos y manantiales se reabastezcan; así como la pérdida de áreas verdes y de árboles de cientos de años, los cuales fueron cambiados por cemento y vehículos.

Asimismo, destacó que no se preservó la separación de aguas residuales y pluviales, por lo que el afluente sigue contaminando permanentemente el sistema hidrológico de la ciudad, ocasionado que las excavaciones para obtener agua potable subterránea sean más profundas y por ende que el vital líquido contenga mayor número de minerales que se ven reflejados en la presencia de sarro.

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