Durante el foro “¿Que falta para garantizar el derecho a ser votadas, y para el ejercicio pleno del cargo?” feministas investigadoras y activistas coincidieron en que los obstáculos que las mujeres enfrentan para participar en la política partidista estatal no puede solo medirse con el número de puestos de elección popular que ganan u ocupan, sino a través de los problemas que enfrentan al interior de sus propios partidos y en la resistencia de los políticos para garantizar el derecho de las mujeres a la plena participación política.
A 70 años del voto femenino en México, las especialistas sostuvieron durante el foro que organiza el Observatorio Ciudadano de la Participación Política de las Mujeres en Tlaxcala (OCPPMT), que la violencia política en razón de género es una de las violencias actuales que han detenido la participación de las mujeres, y que se ejerce con impunidad en los partidos políticos y las instituciones.
Señalaron que en los cuatro momentos -precandidatura, candidatura, elección y funcionaria electa- que viven las políticas, aún hay agresiones contra candidatas, regidoras y funcionarias en Tlaxcala que debe visibilizarse y atenderse como un problema sistemático de la realidad político-electoral del estado.
Desigualdad en números
Durante su intervención, la doctora Magdalena Sam Bautista, investigadora del CIISDER de la UATx, reveló que las presidencias municipales y de comunidad en Tlaxcala, son los espacios con la mayor oposición de los partidos para garantizar el acceso a las mujeres, pese a las acciones afirmativas determinadas por la autoridad electoral.
Según los datos de Sam Bautista, las mujeres gobiernan en el 15 por ciento de los municipios y en el 9.9 por ciento de las presidencias de comunidad. Aunque hay un equilibrio en el 40 por ciento de su participación en las regidurías, las mujeres en esos espacios han sufrido violencia institucional por parte de los cabildos y presidentes municipales: además, el 50 por ciento de las regidoras ha señalado haber sufrido violencia política en razón de género.
“El espacio de lo municipal es de más difícil acceso para la representación política de las mujeres. Aun este esfuerzo de las acciones afirmativas no se ve reflejado en un incremento de la representación política; más aún, cuando vemos que los máximos cargos son monopolizados por los hombres de los partidos políticos y de un sistema electoral que se enfrenta a oposiciones de los partidos que no quieren ceder puestos”.
Exigimos que haya condiciones para denunciar la violencia política de género: Ddeser
Rosario Texis Zúñiga, representante de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser) en Tlaxcala, señaló que es necesario que haya condiciones y mecanismos eficientes con perspectiva de género para denunciar los casos de violencia política en razón de género, a fin de detener la práctica y garantizar la libre participación de las mujeres.
Dijo que en Tlaxcala hay numerosos casos de violencia política que van desde la agresión física y sexual hasta la violencia cibernética y psicológica asociada a la acción política; se trata de mujeres agredidas por haber manifestado interés en participar en las elecciones o, ya en puestos de elección popular, han sido acosadas, violentadas, discriminadas y agredidas.
“En este escenario, lo que necesitamos y exigimos es que haya condiciones para que las mujeres agredidas puedan denunciar que están viviendo violencia en razón de género, que puedan recibir un acompañamiento institucional y que tengan el acceso a una justicia real”.
La activista dijo que el sistema patriarcal ha cuestionado sistemática e institucionalmente la capacidad de las mujeres para participar en política al reproducir estereotipos que remarcan contantemente si son o no idóneas para tomar decisiones u ocupar puestos.
“A pesar de que las mujeres están en política seguimos estando en el límite de reconocernos o no reconocernos como políticas. No nos reconocen como mujeres políticas y siempre se nos cuestionan nuestras capacidades para gobernar”, señaló.
Los casos que acompaña Ddeser revelan que existe resistencia y que es necesario que haya mecanismos eficaces para denunciar.
Propone CMU agenda política de género
Por su parte, la representante del Colectivo Mujer y Utopía, Edith Méndez Ahuactzin, recalcó que alrededor de la violencia política en razón de género las mujeres deben enfrentar otros obstáculos sociales y culturales, como las triples jornadas en el hogar, las barreras económicas que menoscaban el acceso a la participación ciudadana.
Destacó que en Tlaxcala no hay mecanismos ni estrategias que garanticen el acceso de las mujeres a la participación política partidista, debido a que está enraizada una “política hegemónica” que no se ha desestructurado; además de que los partidos políticos y las instituciones no cuentan con estrategias que ayuden a la formación de cuadros políticos de mujeres.
Empero, acotó que tampoco se trata de la formación de cuadros políticos femeninos bajo las mismas estructuras hegemónicas que reproduzcan las violencias, sino que se planté una agenda política feminista.
“Las mujeres que arriban a los espacios políticos deben ser mujeres con conciencia, tradición y acción política de género, para que su presencia y participación contribuya a llevar a la esfera política las necesidades, aspiraciones, intereses, deudas y proyectos que construyan alternativas sociales y fortalezcan la construcción de la ciudadanía de las mujeres”.
Con lo anterior, remarcó que la importancia de las mujeres en puestos de elección popular debe también centrarse en la acción política con perspectiva de género, que ellas ejerzan en contra de la reproducción de estereotipos y prácticas machistas que mantienen la jerarquización de los sexos.
Un diagnostico sobre la agenda feminista que el Colectivo entregó a los candidatos y candidatas reveló que los partidos políticos no conocen los grandes problemas de la entidad, sobre todo los relacionados con la violencia contra las mujeres.
Los partidos solo están mirando a las mujeres en sus agendas sin un política concreta ni un proyecto para la construcción de la ciudadanía de las mujeres que ayude a un ejercicio político con clave feminista.
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