Las autoridades de salud estadounidenses recomiendan a la gente que se vacune contra la gripe.

Se acaba el invierno en el hemisferio sur y, país tras país —Argentina, Australia, Sudáfrica— deparan una sorpresa: Sus medidas para contener el COVID-19 parecen haber evitado también la gripe.

Sin embargo, no hay garantías de que suceda lo mismo en el hemisferio norte ahora que se viene el invierno en esa parte del mundo.

“Esta puede ser una de las peores estaciones que hayamos tenido desde la perspectiva de la salud pública, con (brotes de) COVID y gripe juntos. Pero también podría ser una de las mejores estaciones en lo que respecta a la gripe”, expresó Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Las autoridades de salud estadounidenses recomiendan a la gente que se vacune contra la gripe para que los hospitales no se vean desbordados por una “pandemia doble”.

También está cada vez más claro que el uso de barbijos, evitar grupos grandes de gente y mantener la distancia “no son medidas exclusivas para el COVID. Funcionan con todo tipo de virus respiratorio”, dijo Redfield.

Las pruebas: Normalmente, en Sudáfrica hay grandes brotes de gripe en el invierno meridional, de mayo a agosto. Este año, las pruebas del Instituto Nacional de Enfermedades Comunicables no detectó casi ninguno, algo sin precedentes.

Los cierres de escuelas, la reducción de las reuniones grandes de gente y las recomendaciones de usar tapabocas y lavarse las manos “acabaron con la gripe”, dijo la Cheryl Cohen, directora del programa respiratorio del instituto.

En Australia, el departamento nacional de salud informó de 36 muertes asociadas con la gripe y confirmadas en laboratorios entre enero y mediados de agosto, comparado con las 480 registradas en el mismo período el año pasado.

“Lo más probable es que esto se deba más que nada al distanciamiento social”, indicó Robert Booy, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Sydney.

Se atribuyen al coronavirus 24 millones de infecciones y más de 810.000 muertes a nivel mundial en los primeros ocho meses del año. En un año normal los hospitales pueden tener que lidiar con millones de casos de gripe además de los de COVID-19.

En febrero y marzo, cuando recién empezaba el brote de coronavirus, muchos países del hemisferio sur se prepararon para hacer frente a dos flagelos. Mientras decretaban cuarentenas, también procuraron vacunar contra la gripe.

“Dimos muchas más vacunas contra la gripe, cuatro veces más”, dijo Jaco Havenga, farmaceuta de un suburbio de Johannesburgo.

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