El lunes, una candidata de centroderecha parecía haber conseguido la victoria en unas elecciones primarias para elegir a un candidato de la oposición que compita en los comicios presidenciales del año que viene en Venezuela. Fue una votación que podría resultar crucial para un país que ha sufrido una década de crisis económica y gobierno autoritario.

Con alrededor del 26 por ciento de los votos contados el domingo por la noche, María Corina Machado, una exdiputada de la Asamblea Nacional de Venezuela, había obtenido el 93 de los votos en una contienda entre 10 candidatos de diferentes partidos que buscan desafiar el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Los resultados los dio a conocer una comisión que supervisaba las votaciones. El competidor que más se le acercaba recibió menos del 5 por ciento de los votos.

Machado proclamó su victoria en un discurso alrededor de la medianoche.

“Aún este no es el final, pero sí es el principio del final”, dijo a sus partidarios en un mitin al aire libre en Caracas, la capital. “Hoy se han desatado unas fuerzas muy poderosas. Nos hemos demostrado de lo que somos capaces de hacer”.

La pregunta pendiente es si el gobierno de Maduro revertirá su decisión de inhabilitar a Machado, de 56 años, de postularse en las elecciones del próximo año. Los analistas afirman que Machado representaría una seria amenaza electoral para el presidente.

Votantes de toda Venezuela desafiaron fuertes lluvias, amenazas y obstáculos logísticos para ejercer el voto, y acudieron en cantidades tan grandes que algunos centros de votación tuvieron que permanecer abiertos después de la hora en que estaban programados para cerrar. La jornada fue percibida como extraordinaria por muchas personas, luego de años de ser testigos de la erosión de su democracia en medio de la escasez, el hambre, y de ver a sus seres queridos fallecer de enfermedades prevenibles.

Las elecciones primarias en este país sudamericano de aproximadamente 28 millones de habitantes se realizaron sin ningún apoyo gubernamental oficial. En su lugar, el proceso fue organizado por la sociedad civil, con centros de votación en casas, parques y en las sedes de los partidos de oposición.

Unos 2,3 millones de venezolanos acudieron a las urnas, según la comisión electoral, una cifra bastante alta que podría ser indicio de la posible participación de los votantes en unas elecciones generales de 2024.

La comisión de telecomunicaciones del gobierno tumbó una guía en línea que le mostraba a los venezolanos su centro de votación más cercano, y le prohibió a las estaciones de radio y televisión a que cubrieran la jornada electoral, una medida que fue denunciada por el sindicato de periodistas del país.

Pero los observadores del proceso del domingo afirmaron que los voluntarios habían sido creativos a la hora de superar obstáculos.

“Lo que estamos viendo en la calle es que, efectivamente, en todas las ciudades, hay una participación masiva de la gente”, dijo Benigno Alarcón, director de un centro de investigación en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, la cual realiza encuestas de votantes. “La gente apuesta a la elección como una salida”.

Maduro, de 60 años, llegó al poder en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, el fundador de la revolución de inspiración socialista que gobierna el país. Bajo la gestión de Maduro, Venezuela, que solía ser uno de los países más ricos de América Latina, ha sufrido un extraordinario colapso económico, lo que generó una crisis humanitaria que ha causado un éxodo de más de 7 millones de personas, un cuarto de su población.

Pero la semana pasada, el gobierno de Maduro y la oposición firmaron un acuerdo diseñado para avanzar hacia unas elecciones libres y justas, lo que incluye permitirle a la oposición elegir un candidato para las elecciones presidenciales del próximo año.

Machado, quien se ha autoproclamado como la mejor oportunidad del país para derrocar al gobierno que ha tenido el control del país desde 1999, mantuvo una amplia ventaja en las encuestas durante meses.

“Necesitamos a alguien con ideales convincentes como los de ella”, afirmó Ruth García, una enfermera de 50 años que gana el equivalente a 6 dólares al mes y que votó por Machado el domingo. “Yo confío en que María Corina tiene un plan B para superar su inhabilitación. Tenemos que continuar con su candidatura”.

En un centro de votación ubicado en un estacionamiento en Catia, un sector pobre de Caracas, los votantes comenzaron a hacer fila a las 7 a. m. pero se encontraron con un problema: un grupo violento de civiles simpatizantes del gobierno amenazaba con quemar los automóviles del estacionamiento si se realizaba la votación.

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Foto: Especial

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