De nueva cuenta realizaron un desfile militar para demostrar su poderío armamentista

Demostrando una vez más su ambivalencia, el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, enseña los dientes al tiempo que cultiva su «diplomacia olímpica» con Corea del Sur, donde este viernes empiezan los Juegos de Invierno. Mientras, por una parte, presidía esta mañana un desfile militar en Pyongyang en plena víspera de la inauguración, por la tarde actuaba en la ciudad olímpica de Gangneung la Orquesta Samjiyon, enviada por el régimen norcoreano para ganarse las simpatías del Sur.

Celebrando el 70º aniversario de su Ejército, que se solía conmemorar el 25 de abril pero el régimen lo cambió el mes pasado al 8 de febrero, Kim Jong-un no ha tenido reparos en lucir sus misiles intercontinentales pese a la reciente distensión con Corea del Sur.

Entre ellos destacan, según el portal especializado NKNews, cuatro gigantescos Hwasong-15, capaces en teoría de llegar a Estados Unidos, tres Hwasong-14, desvelados en julio, y seis Hwasong-12 de rango intermedio. Junto a los soldados marchando al paso de la oca y la multitud enfervorizada agitando pompones de colores en la monumental plaza de Kim Il-sung, pasaron también seis misiles Pukguksong-2 de rango intermedio que pueden ser disparados desde sus submarinos.

«No deberíamos permitir a los invasores infringir o ridiculizar ni siquiera un milímetro la dignidad y soberanía de nuestra sagrada madre patria», arengó a la masa Kim Jong-un, recoge la agencia Yonhap. Con este desfile, dijo querer demostrar que Corea del Norte es una potencia militar mundial, pero lo cierto es que fue menos masivo y más corto que en ocasiones anteriores.

Menos armamento del habitual

Para empezar, mostró menos armamento que otras veces y no fue emitido en directo por la televisión estatal. Además, el régimen estalinista de Pyongyang tampoco permitió la entrada de periodistas extranjeros en el país, como sí hizo el año pasado para festejar, en plena tensión militar con EE.UU., el 105º aniversario del fundador de la patria y abuelo del actual dictador, Kim Il-sung.

Con estos recortes, parece que Corea del Norte ha querido mantener un perfil más bajo para no enturbiar el deshielo que han traído los Juegos Olímpicos organizados por el Sur. Pero sorprende que haya modificado el aniversario del Ejército para celebrar una parada militar justo un día antes de la apertura de las Olimpiadas, que tendrán lugar en el condado de PyeongChang. En cualquier caso, se trata de una nueva demostración de fuerza de Kim Jong-un mientras trata de retomar el diálogo con el Gobierno surcoreano.

Con tal objetivo, Corea del Norte ha enviado a estos Juegos Olímpicos una delegación de casi 500 personas donde destacan, además de los deportistas, 229 animadoras y los 140 músicos de la Orquesta Samjiyon, que tocaron este jueves por la tarde en Gangneung, sede olímpica para las competiciones de hielo.

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