Una incursión de las fuerzas especiales de Estados Unidos en el noroeste de Siria mató al principal dirigente del grupo Estado Islámico, se reportan 13 muertos.

El objetivo de la incursión era Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, quien asumió la conducción de la milicia el 31 de octubre de 2019, días después de que el dirigente Abu Bakr al-Baghdadi muriera durante otra incursión de Estados Unidos en la misma zona.

Un funcionario estadounidense dijo que murió de la misma manera que al-Baghdadi, al detonar él mismo una bomba que además mató a miembros de su familia, entre ellos mujeres y niños, cuando se acercaban las fuerzas de Estados Unidos.

Se le conocía también como Amir Muhammad Sa’id Abdal-Rahman al-Mawla. ISIS, que intenta resurgir, ha realizado una serie de ataques en la región, entre ellos un asalto de 10 días a fines del mes pasado para tomar una prisión.

Los efectivos estadounidenses aterrizaron en helicópteros y asaltaron una vivienda en un rincón de Siria en poder de los rebeldes y se enfrentaron durante dos horas con hombres armados, dijeron testigos. Según sus relatos, hubo continuos disparos y explosiones que despertaron a la tranquila localidad de Atmeh, cerca de la frontera turca, una zona salpicada de campos para desplazados por la guerra civil siria.


La Defensa Civil Siria, un grupo de emergencias gestionado por la oposición llamado también Cascos Blancos, dijo que 13 personas fallecieron, entre ellos seis niños y cuatro mujeres, en los bombardeos y enfrentamientos posteriores al asalto. Su recuento incluía seis menores y cuatro mujeres, añadió.

Biden dijo en un comunicado, que ordenó la incursión para “proteger al pueblo estadounidense y nuestros aliados, y volver el mundo un lugar más seguro”. Dijo que hablará a los estadounidenses en las próximas horas para ofrecer más detalles sobre la incursión. “Gracias a la pericia y el valor de nuestras Fuerzas Armadas, hemos retirado del campo de batalla a Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, el líder del grupo Estado Islámico”, declaró Biden.

 “La misión fue un éxito”, afirmó brevemente el secretario de Prensa del Pentágono, John Kirby, en un comunicado. “No hubo víctimas estadounidenses. Se ofrecerá más información a medida que esté disponible”. Sin embargo, un reportero de The Associated Press y varios residentes contaron que vieron partes de cadáveres esparcidas alrededor del lugar de la incursión, una vivienda en la provincia de Idlib, controlada por los rebeldes. La mayoría de los residentes hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias. El Pentágono no dio detalles sobre el número de víctimas.

La planta superior de la vivienda quedó prácticamente arrasada tras la incursión, que derribó el tejado y paredes. De acuerdo con testigos de los hechos, se podían ver manchas de sangre en las paredes y en el piso de la estructura que quedó en pie, con un dormitorio destrozado y con una cuna de madera en el suelo. En una de las paredes dañadas colgaba aún un columpio infantil de plástico azul. La cocina quedó ennegrecida por el fuego.

Los residentes y los activistas dijeron haber presenciado un gran asalto por tierra y que los soldados usaron altavoces para pedir a las mujeres y niños que abandonaran el lugar. Omar Saleh, residente en una casa cercana, contó que sus puertas y ventanas comenzaron a vibrar con el sonido de los aviones volando bajo a las 01:10 de la madrugada. Después, escuchó a un hombre que hablaba árabe con acento iraquí o saudí, pedir a las mujeres, a través de un altavoz, que se rindieran o se marcharan del lugar.

“Esto se prolongó 45 minutos. No hubo respuesta. Entonces comenzaron los disparos de ametralladoras”, añadió Saleh, señalando que esa situación duró dos horas mientras los aviones sobrevolaban la zona a baja altura. Taher al-Omar, un activista en Idlib, contó que fue testigo de los combates entre los insurgentes y las fuerzas estadounidenses.

Durante las últimas semanas y meses, la milicia radical lanzó una serie de operaciones en la región, incluyendo un asalto de 10 días para tomar una prisión en el noreste de Siria. A finales de Enero detuvieron al menos 3.000 integrantes del grupo.

MARSH

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