El 25 de noviembre de 1960, Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, aparecieron muertas en el fondo de un barranco, asesinadas por policías del presidente Rafael Leónidas Trujillo.


Desde 1999 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 25 de noviembre como Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer para recordar el feminicidio de tres hermanas Mirabal en República Dominicana dedicadas al activismo político 

El 25 de noviembre de 1960 Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, junto con el conductor del vehículo en el que viajaban, Rufino de la Cruz, aparecieron muertas en el fondo de un barranco. Las tres eran opositoras al régimen del presidente Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) quien ya había amenazado de muerte.

En respuesta a las amenazas, Minerva pronunció una frase que ahora es lema del 25N:  «Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte».

De acuerdo con información de la BBC Mundo, las hermanas conocidas como «Las Mariposas», mujeres nacidas en una familia acomodada en la provincia dominicana de Salcedo (hoy Hermanas Mirabal), con carreras universitarias, casadas y con hijos, contaban en el momento de su muerte con cerca de una década de activismo político.

Dos de ellas, Minerva y María Teresa, ya habían pasado por la cárcel en varias ocasiones. Una cuarta hermana, Bélgica Adela «Dedé» Mirabal, quien murió este año, tenía un papel menos activo en la disidencia y logró salvarse.

«Tenían una trayectoria larga de conspiración y resistencia, y mucha gente las conocía», le explica a BBC Mundo Luisa de Peña Díaz, directora del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD).

Ese fatídico 25 de noviembre funcionarios de la policía secreta interceptaron el automóvil en el que se trasladaban las hermanas en una carretera en la provincia de Salcedo, en el centro norte del país.

Las mujeres fueron ahorcadas y luego apaleadas para que, al ser lanzadas dentro del vehículo por un precipicio, se interpretara que habían fallecido en un accidente automovilístico.

En el momento de morir tenían entre 26 y 36 años, y cinco hijos en total.

«Fue un día terrible, porque aunque lo sabíamos, no pensábamos que se iba a actualizar el crimen», dice Ángela Bélgica «Dedé» Mirabal en el documental «Las Mariposas: Las Hermanas Mirabal».

«Había unos policías y yo les agarraba y les decía: convénzase que no fue un accidente, que las asesinaron», contó Dedé.

La popularidad de las tres mujeres, unido al aumento de los crímenes, las torturas y las desapariciones de quienes se atrevían a oponerse al régimen de Trujillo, hizo que este asesinato marcase la historia dominicana.

«Fue tan horroroso el crimen que la gente empezó a sentirse total y completamente insegura, aun los allegados al régimen; porque secuestrar a tres mujeres, matarlas a palos y tirarlas por un barranco para hacerlo parecer un accidente es horroroso», explica De Peña Díaz.

En palabras de Julia Álvarez, escritora estadounidense de origen dominicano, la clave para explicar por qué la historia de las Mirabal es tan emblemática radica en que le pusieron un rostro humano a la tragedia generada por un régimen violento que no aceptaba disidencia y que llevaba tres décadas de asesinatos en el país.

«Esta historia cansó a los dominicanos, que dijeron: cuando nuestras hermanas, nuestras hijas, nuestras esposas, nuestras novias no están seguras, ¿de qué sirve todo esto?», afirma Álvarez, autora de la novela ‘El tiempo de las mariposas’, basado en la historia de las hermanas Mirabal que inspiró una película del mismo nombre.

En ese sentido, la directora del MMRD señala que todos los implicados en el «ajusticiamiento», como se conoce en República Dominicana a la muerte de Trujillo a tiros en una carretera el 30 de mayo de 1961 cuando iba con su chófer a visitar a una joven amante, «citan sin excepción el crimen de las Mirabal como la gota que colmó la copa».

«Las Mirabal sacaron sus brazos de la tumba de forma fuerte», indica Peña Díaz.

Y pese a que los homenajes a estas hermanas tardaron en llegar por miedo, hoy Minerva, Patria y María Teresa son un símbolo de la República Dominicana.

En el país caribeño además de una provincia con su nombre, les han dedicado, por ejemplo, un monumento en una céntrica vía de Santo Domingo y un museo en su honor que cada 25 de noviembre se convierte en lugar de peregrinaje de muchas personas.

Además, desde 1981 la fecha de su muerte se convirtió en un día señalado en Latinoamérica para marcar la lucha de las mujeres contra la violencia, realizándose el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, en Bogotá (Colombia).

En dicho encuentro las mujeres denunciaron los abusos de género que sufren en el nivel doméstico, así como la violación y el acoso sexual por parte de los Estados, incluyendo la tortura y la prisión por razones políticas.

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