"Se enfrentó a todo el aparato", rememoró el ejecutivo federal

«Él siempre creyó en las mujeres y tenía más mujeres en su gabinete», externó la viuda del gobernador en un breve informe de gobierno improvisado en Casa Aguayo

Rosario Orozco Caballero, viuda del gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, destacó el papel de las mujeres en el gobierno que encabezó el político oriundo de San Sebastián Zinacatepec, fallecido el 13 de diciembre y homenajeado este miércoles en las sedes de los tres poderes del estado.

En un discurso que ofreció en Casa Aguayo, punto al que se dio cita el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, la también abogada remarcó los logros del mandatario, en una suerte de informe de labores improvisado.

Este 14 de diciembre, de hecho, Barbosa Huerta tenía agendado el informe que rendiría en el Congreso del Estado, pero la muerte lo alcanzó antes. En su lugar, Orozco Caballero enlistó como una de las luchas más importantes la atención al campo y el combate a la corrupción, pero además el poco dinero con el que se trabajó de agosto de 2019 a la fecha.

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«Él siempre creyó en las mujeres», soltó, dirigiéndose con la mirada al presidente. También remarcó el nombre de Ana Laura Altamirano, la secretaría de Desarrollo Rural, y el orgullo que sentía Luis Miguel Barbosa por ella.

«Al campo le dio miles de millones de pesos (…) El estaba orgulloso de una de sus secretarias: Ana Laura, (decía) que era una gran mujer. La secretaría Ana Laura no era la política acostumbrada a que el campo diera votos; aquí el campo empezó a producir y a ser un orgullo de Puebla».

«Él siempre creyó en las mujeres y tenía más mujeres en su gabinete (…) Cuando nombró su gabinete dijo: deben haber más mujeres, son más comprometidas, se van a fondo (…) Todas las mujeres están respondiendo a favor de él, siempre trabajaron mucho», agregó.

Sobre el combate a la corrupción, Rosario Orozco remarcó que ese no fue solo un discurso de la toma de protesta. «Él estuvo moviendo muchas cosas y no importaba si era de gobiernos anteriores o de su propio gobierno».

Aprovechó para destacar que fue, además de un buen gobernador, un buen esposo, un buen padre, un buen hijo, y un buen hermano, así como un gran parlamentario.

«Era un hombre frontal», dijo. «Nunca pidió algo impropio» y luchó hasta su último día de vida.

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