El cambio fue tan notorio, por primera vez no hubo policías protegiendo, como si fuera un cuarto de guerra al Congreso del Estado

El Congreso de Puebla arrancó un nuevo capítulo en su historia, que a partir de este 15 de septiembre será protagonizada por los diputados locales de la LX Legislatura, integrada por la coalición Juntos Haremos Historia y la minoría que representan legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) y aliados.

El Poder Legislativo fundado en 1826, se caracterizó por diputados locales de derecha. Hoy la historia cambió y los 4 muros de este viejo edificio, cobijaron entre la conmemoración del Grito de Independencia a legisladores de izquierda, cobijaron a diputados que llegaron al cargo por el efecto de Andrés Manuel López Obrador vivido el 1 de julio.

El cambio fue tan notorio, que por primera vez no hubo policías protegiendo, como si fuera un cuarto de guerra, al Congreso del Estado donde llegaron las pequeñas manifestaciones en contra del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.

El recinto legislativo se abarrota de invitados. Son personas que están enamorados con la cuarta transformación para Puebla, son personas que junto con algunos diputados locales, buscan pasar a la historia.

Como era de esperarse, a esta primer capitulo escrito por la LX Legislatura del Congreso, no llegó el gobernador, Antonio Gali Fayad, quien acabará sus funciones este 14 de diciembre.

Poco a poco, los diputados del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES), ocuparon las primeras 22 curules de enfrente para demostrar su poder, para demostrar su mayoría, una mayoría simple que no alcanza para avalar reformas constitucionales.

Los vestidos de las diputadas y trajes nuevos de los legisladores, los obligó a sentarse en sus curules de manera propia. Era de esperarse, por primera vez tienen la atención de invitados, medios de comunicación y fotógrafos que por goteo, entraron al recinto legislativo para levantar sus imágenes.

Algunos son inexpertos y lo saben pues carecen de estudios o cédula profesional para estar en el cargo, aunque también hay que decirlo, la Constitución no obliga un grado de estudios para ser diputado.

Otros saben que este paso por el Congreso del Estado es temporal. Solo lo usan para buscar un mejor futuro político, prueba de ello es el diputado del PT, José Juan Espinosa Torres, que hoy critica al ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, pero que en 2010 le alzó la mano para llegar al cargo público.

Atrás de los que buscan una nueva historia en Puebla, se encuentran sentados los diputados del Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC) y Compromiso por Puebla, que en conjunto representan a Por Puebla al Frente.

Hay que incluir a Nueva Alianza, aliado del bloque anterior. Ellos tienen que entender y protagonizar su propia historia, que consiste en ser una minoría que no tienen el control del Poder Legislativo para dictaminar leyes según se los mandate el gobernador entrante, que en este caso, a menos que diga lo contrario el tribunal federal, será Martha Erika Alonso Hidalgo, emanada de las filas del PAN.

El PRI y PVEM también protagonizará su papel. Por tercera ocasión tendrán que ser una minoría en el Poder Legislativo, cuando en sus mejores años, disfrutaban de las mieles del poder.

Entre ambas fuerzas políticas suman 5 diputados locales, que se convertirán en el fiel de la balanza, que venderán caro su amor al PAN o Morena, para frenar o avalar reformas, principalmente constitucionales.

Serán 3 años de protagonismos, serán tres años donde cada diputado escribirá su propia historia, que dependiendo de su actuar, será respaldado o juzgado por quienes los llevaron a la curul; es decir, los ciudadanos.

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