El secretario de Educación Pública, Homero Meneses, manifestó que los conflictos se solucionan con una cultura de paz y reconciliación

El secretario de Educación Pública de Tlaxcala, Homero Meneses, reprobó los actos violentos cometidos contra una estudiante del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) 134 del municipio de San Francisco Tetlanohcan, aunque descartó la expulsión de la joven agresora.

El funcionario dijo que, al expulsar a un alumno se le orilla a las “garras de la violencia”, por lo que es la escuela la que debe formar para prevenirla.

Manifestó que los conflictos no se solucionan mediante la revancha, sino impulsando una cultura de paz y reconciliación.

“Entiendo perfecto que fue por presión de los padres de familia y del propio municipio, pero no puede ser la revancha (o) la venganza el componente que solucione los conflictos, no es ojo por ojo, como dice el presidente, todos nos vamos a quedar tuertos”, expresó.

Meneses indicó que la dependencia a su cargo insistirá ante la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA) que la exclusión y expulsión de alumnos no es la solución, pues hubo presión social, lo cual, dijo, no se justifica.

Agregó que para evitar ese tipo de incidentes, la SEPE cuenta con una estrategia de tres cinturones de seguridad en las escuelas, pero reconoció que hay lentitud para consolidarla en la entidad.

El retraso de esa estrategia se debe a la falta de competencia de los tienen servidores públicos en materia educativa para aplicarla al 100 por ciento; para ello, se requieren convenios de colaboración con la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC), municipios y entornos de las escuelas, “es lo que nos ha retrasado un poco”, explicó.

“Los servidores públicos solo podemos hacer lo que la ley nos permite, a diferencia del ciudadano común que puede hacer todo excepto lo que la ley le prohíbe”, aseguró.

Por otro lado, indicó que ya se investiga el video que muestra a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Panotla ingiriendo bebidas alcohólicas dentro de la institución con el objetivo de corregir esa conducta, sin persecución o sanciones, solo con diálogo permanente.

«Están estigmatizadas las compañeras normalistas, pero para nosotros son muy valiosas, y tenemos que insistir en rescatarlas, rescatar a la institución y generar una gobernabilidad pacífica con ellas”, expresó.

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