“Somos la voz y la fuerza de las siguientes generaciones. Si el presente se construye hoy, el futuro está hecho”


El cuarto y último día de la Semana de la niñez concluyó con una sentencia que toma el pulso de la juventud: “Somos la voz y la fuerza de las siguientes generaciones. Si el presente se construye hoy, el futuro está hecho”, pronunció uno de los asistentes al evento organizado por la Comisión de Derechos Humanos de Puebla. Las charlas finales versaron en torno a temas de interés para las infancias, pero fue a los adultos a quienes les tocó escuchar en el tramo final.

La trata de personas es conocida como la “esclavitud moderna” y consiste en la apropiación y anulación de los atributos de una persona. A finales del siglo XIX se conocía como “trata de blancas” porque afectaba principalmente a mujeres caucásicas. Tras un pronunciamiento de la ONU en 1949, comenzó a comprenderse como un fenómeno mundial con diferentes modalidades de explotación.

Durante su charla a dos mil jóvenes internautas, la Mtra. Ana Gamboa Muñoz, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla, profundizo en los elementos que caracterizan a la trata: una actividad en la que se capta a una víctima mediante múltiples medios con el propósito de explotarla.
 
En la etapa de enganche, los tratantes contactan a las infancias y adolescencias a través de medios de comunicación bajo propuestas de trabajo, viajes, educación o encuentros románticos. Una vez embaucada, la persona puede ser trasladada de un destino a otro donde pueda ser explotada, lo cual puede suponer atravesar fronteras a través de rutas trazadas por redes criminales.

Dicho proceso contempla el uso de la fuerza, el engaño y las amenazas para concretar el ilícito. “Los delincuentes hacen identificaciones falsas. Cuando están en los aeropuertos, argumentan que la persona raptada es familiar suyo”, desarrolló la experta.

El reclutamiento de niñas, niños y adolescentes tiene propósitos esclavizantes que van desde la servidumbre, la violencia sexual, el matrimonio forzado y la explotación laboral hasta participación en actividades criminales, comercio de infantes y tráfico de órganos. Para evitar ser víctima de este crimen, Gamboa Muñoz recomendó no hablar ni aceptar regalos de desconocidos, memorizar teléfonos de emergencia y recordar que cualquier persona puede ser tratante.

Por Redaccion

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *