El Dr.Benito de Celis explica: las citoquinas podrían ser las responsables del funcionamiento cerebral y la acumulación de grasa


En México existen serios problemas de obesidad. De acuerdo con Unicef México, uno de cada 20 menores de 5 años y uno de cada tres entre 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad. Esto ubica al país entre los primeros lugares a nivel mundial. Por lo tanto, una intervención o diagnóstico temprano favorece un mejor estado de salud a futuro.

Además de ser precursor de diabetes, osteoporosis y algunos tipos de cáncer, la obesidad también provoca inflamación del sistema nervioso central, lo cual se asocia a un deterioro cognitivo. Sin embargo, se desconocen los mecanismos específicos por los cuales se produce este efecto.

Para encontrar ese eslabón perdido o mecanismo de actuación, el doctor Benito de Celis Alonso, investigador de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP, se enfoca en el estudio de las citoquinas: proteínas producidas en distintas partes del cuerpo con múltiples funciones, entre estas la modulación de la inflamación. De ahí la hipótesis de que estas proteínas sean las responsables del deterioro cognitivo.

En esta investigación, a una población de 180 niños, divididos en dos grupos -con obesidad y sanos (normopeso), de acuerdo con su Índice de Masa Corporal-, se les realizó pruebas de citoquinas, medidas antropométricas, desempeño cognitivo y depresión. Así como imágenes de resonancia de la función cerebral (IDT, secuencias en reposo e imágenes anatómicas) y de composición corporal (hígado, infiltración de grasa en hígado, contenidos grasos viscerales y abdominales), con el fin de conocer sus riesgos metabólicos y cognitivos asociados a los depósitos de grasa.

   

“Vamos a intentar correlacionar los valores de estas 30 citoquinas con los cambios en imágenes de funcionamiento cerebral que tenemos (resonancia magnética), la condición del hígado y acumulación de grasa. Todo esto a su vez lo correlacionaremos con valores de desempeño intelectual y depresión. La idea es ver qué citoquinas van asociadas a ese deterioro cognitivo. También se busca ver si el estado del hígado o la distinta disposición de grasa abdominal tienen este efecto en pruebas cognitivas”.

Por Redaccion

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