Tras ocho minutos de extras, Cruz Azul no pudo hacer el único gol que necesitaba y Pumas silenció el Azteca.

Cánticos, lamentos y risas… el Estadio Azteca tuvo uno de sus mejores escenarios del 2022. Cruz Azul recibió a Pumas con un Coloso Mundialista pletórico para la Vuelta de la Semifinal de la Liga de Campeones de la Concacaf.

El 2-1 en contra no pesó para los celestes, pero sí la falta de contundencia de algunos futbolistas de la Máquina. Solo era cuestión de un gol, Pumas aguantó, hizo su juego y hasta generó.

Al final, obtuvieron su recompensa con el empate sin anotaciones y el global 2-1 que los catapultó a la Final de la Concachampions a la que no llegaban desde el 2005.

Pumas hizo su primer llamado con un disparo de Higor Meritão que puso de pie a la afición felina, pero la pelota no llevaba la mejor dirección y se fue a un costado de la meta de Sebastián Jurado. El dominio era de la visita, pero la Máquina se echó para adelante y apareció una jugada ofensiva que Ignacio Rivero no pudo firmar.

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La pelota desfiló frente a Alfredo Talavera. Una más de los felinos. Diogo de Oliveira recibió un pase filtrado desde la media cancha, el balón quedó a modo dejando atrás a Adrián Aldrete. Diogo recibió y disparó al poste derecho de Jurado, quien se recostó y le regaló a una crítica afición celeste la atajada para salvar a su equipo.

EL GOL CELESTE QUE NO FUE

Días atrás, Iván Morales señaló que continúa con su proceso de adaptación, pero necesita de más minutos. Esta noche, Juan Reynoso le otorgó la titularidad.

Uriel Antuna, en una de esas jugadas de sacrificio y perfección, robó el balón en el medio campo ante la mirada de Leo López y la condujo hasta casi los linderos del área donde optó por servir a su compañero chileno que llegó en la mejor posición, sin marca ni aprietos ni incomodidades. Sin embargo, su remate fatal ahogó el grito de gol de la afición celeste.

Mucho tiempo extra en el Azteca

La intensidad en el campo se trasladó a las tribunas, en donde comenzó una batalla de cánticos en un Azteca casi lleno. ¡Dale, dale, dale Cruz Azul! Por un lado y el Goya por otro.

Santiago Giménez y Christian Tabó entraron por los dos hombres más débiles: Morales y Baca. Santi se convirtió en ese revulsivo, ese papel que le fue encomendado el fin de semana ante el cambio de estrategia de Reynoso. Lo hizo, el juvenil entró de cambio y de inmediato presionó a la defensa felina.

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Una jugada que casi termina en gol y un minuto más tarde provocó la expulsión de Arturo “Palermo” Ortiz, pues el auriazul le cometió una falta cerca del área. La presión de la Máquina tenía que ser debilitada de alguna manera.

Andrés Lillini mandó a Jerónimo Rodríguez para un cierre defensivo, así, poco a poco recuperaron un poco a lo ofensivo, pero sin ser concretos. En una jugada de ataque, Pumas vendió una supuesta falta de Adrián Aldrete sobre Diogo De Oliveira.

Si bien Mario Escobar marcó el penal a favor, el VAR lo llamó y tras ver la repetición, el silbante guatemalteco decidió retractarse de la decisión. El Azteca hirvió con las jugadas celestes que no pudieron conectar, un movimiento más de Reynoso y entró Rómulo Otero para el todo por el todo.

Nada funcionó, tras ocho minutos de compensación, Cruz Azul no pudo hacer el único gol que necesitaba y Pumas silenció el Azteca.

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