Las fiestas patrias están a la vuelta de la esquina, motivo suficiente para hablar de un poco de nuestra historia, pero en esta ocasión nos enfocaremos en aquellos detalles no tan conocidos por todos los mexicanos.

El periodo de nuestra historia conocido como la Guerra de Independencia, empieza la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el padre Miguel Hidalgo da el llamado “Grito de Dolores” y termina el 27 de septiembre de 1821 (11 años después) con la entrada triunfal del Ejercito Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero a la Ciudad de México.

Las fiestas patrias están a la vuelta de la esquina, motivo suficiente para hablar de un poco de nuestra historia, pero en esta ocasión nos enfocaremos en aquellos detalles no tan conocidos por todos los mexicanos.

En el Acta de Independencia firmada el 28 de septiembre de 1821, se establece que México sería reconocido como Imperio. Luego de la caída del emperador Iturbide (1823), el acta fue renovada y en lugar de decir “Imperio”, se estableció el término “República”. Por eso México cuenta con dos actas de independencia.

Ni Guerrero ni Victoria firmaron el Acta de Independencia. Los firmantes fueron los criollos cercanos a Iturbide.

Agustín de Iturbide, responsable de la Consumación de la Independencia, es el único cuyos restos no se encuentran en la Columna de la Independencia como todos los demás, sino en la capilla de San Felipe de Jesús en la Catedral de la ciudad de México.

Miguel Hidalgo no toco la “Campana de la Independencia”, quien  realmente toco la campana aquel día fue José Galván, el campanero de la parroquia, mientras Miguel Hidalgo llamaba desde la entrada de la parroquia a toda la población.

La campana de la parroquia de Dolores que utilizó Miguel Hidalgo el día del grito fue trasladada en 1896 desde Guanajuato hasta el Palacio Nacional en la Ciudad de México por órdenes de Porfirio Díaz para poder llevar a cabo las festividades de ese año, ya que Díaz quería tocar aquella noche la campana original.

El retrato que todos conocemos de Hidalgo y que se encuentra en el Palacio Nacional donde todos los presidentes se fotografían frente a él, no es el verdadero. Durante aquella época no le hicieron ninguna pintura a Hidalgo, se sabe de descripciones de personas que lo conocieron y por ellos fue que se creó un retrato del Padre de la Patria. El cuadro que nosotros conocemos es de un sacerdote belga que vino durante el imperio de Iturbide y que algunos consideraron que podía representar bien a Hidalgo.

Hubo una guerra de vírgenes en la Independencia, por un lado la virgen de Guadalupe, enarbolada por Miguel Hidalgo, fue llamada María Insurgente, mientras que el Virrey Venegas nombro a la virgen de  los Remedios, generala de sus tropas, creo que ya sabemos quién gano esta batalla.

Ignacio Allende trató de envenenar a Miguel Hidalgo en varias ocasiones, después de negarse a tomar la Ciudad de México y autodenominarse “Alteza Serenísima”. Un plan para envenenar a Hidalgo fue cuando Allende repartió tres dosis de veneno, que jamás llegaron a la boca del Cura Hidalgo porque siempre estaba bien protegido.

El nombre completo del cura Hidalgo era Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla y Gallaga Mondarte Villaseñor. ¿Un poco largo, no creen?

10. José María Morelos se volvió sacerdote a la edad de 24 años, con tal de recibir una herencia por parte de su bisabuelo Pedro Pérez Pavón.

Sin Iturbide no se habría consumado la independencia y no es por restarle importancia a Guerrero y a Guadalupe Victoria pero para 1821 estos dos estaban escondidos en la sierra dejando extinguir el movimiento.

En 1823, se ordenó reunir las cabezas y cuerpos de los cuatro principales caudillos fusilados y decapitados en Chihuahua para trasladarlos, con honores y responsos, al pie del Altar de los Reyes en la Catedral de México. Los restos mortales permanecieron en la catedral hasta su traslado a la Columna de la Independencia en 1926.

España no reconoció nuestra Independencia hasta 15 años después, en 1836 cuando la reina María Cristina renuncio a sus bienes y es que España intento recuperar su territorio en nuestro país cuando ya se había consumado la Independencia en 1821, esfuerzos que no tuvieron éxito.

La razón por la que tomamos el 15 de septiembre como el día para celebrar nuestra Independencia y no el 16 como realmente fue, viene de que Porfirio Díaz cumplía años el 15 de septiembre, por lo que decidió que se conmemorara el mismo día que su natalicio.

Fueron las madres del Convento de Santa Mónica las que dieron origen a uno de nuestros platillos tradicionales en Puebla,  al enterarse de que el general Iturbide estaba por festejar su cumpleaños y justo por esas fechas estaría en la ciudad, decidieron halagarlo con la degustación de los Chiles en Nogada, en sus colores de presentación, evocaba los colores de la bandera del Ejercito Trigarante, verde, blanco y rojo.

Arturo Trejo
@cronicabanqueta

Bibliografía:
México Destinos
México Desconocido

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