Los científicos creen que en el centro de cada galaxia masiva del universo se encuentra un agujero negro que afecta de manera intrínseca a sus propiedades.

Un equipo de astrónomos registró cómo un agujero negro devoraba una estrella, descubriendo durante el proceso una señal de rayos X excepcionalmente brillante y estable que hizo posible estimar la velocidad de rotación del agujero negro en más del 50 por ciento de la velocidad de la luz, informa la Agencia Espacial Europea (ESA).

El hallazgo, descrito en un estudio publicado este 9 de enero en la revista Science, fue realizado con ayuda del observatorio espacial XXM-Newton de la ESA.

Los autores del trabajo emplearon este telescopio —cuya sensibilidad para detectar señales de rayos X es superior a la de todos los demás observatorios— para analizar un evento denominado ASASSN-14li, asociado a un agujero negro con una masa que excede al menos un millón de veces la de nuestro Sol.

Los científicos creen que en el centro de cada galaxia masiva del universo se encuentra un agujero negro que afecta de manera intrínseca a sus propiedades, por lo cual estos gigantes del espacio pueden aportar la clave para comprender cómo evolucionan las galaxias en el tiempo.

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