La dinámica de la alimentación y los hábitos de activación física cambiaron durante la pandemia
La actividad física de los adolescentes de 10 a 19 años de edad en las regiones pacífico sur y centro que incluyen a Puebla y Tlaxcala disminuyó 77 por ciento durante el confinamiento y la suspensión de clases presenciales en 2020, sobre todo entre los jóvenes de 15 a 19 años en Puebla con solo tres de cada 10 que hicieron alguna actividad física.
Lo anterior se relaciona con la tasa de obesidad infantil y otras comorbilidades en un contexto en el que se discute si los niños y adolescentes deben o no regresar a clases presenciales durante la tercera ola de la pandemia. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre COVID-19 (ENSN-C19), al menos tres de cada 10 pobladores de la zona centro (a la que pertenece Tlaxcala) tienen obesidad o sobrepeso y dos de cada 10 en la zona pacífico sur (a la que pertenece Puebla).
Por edad, las prevalencias de sobrepeso de las y los adolescentes de 15 y 17 años es de 32.1 y 32.3 por ciento, respectivamente; mientras que la prevalencia más baja de sobrepeso se encontró en aquellos con 18 años en 20.3 por ciento del total y en 18.8 por ciento en los hombres y 21.4 por ciento en mujeres 21.4.
La prevalencia de obesidad más baja se ubicó en las edades de 14 y 16 años con 13.2 y 13.8 por ciento, respectivamente, mientras que la prevalencia de obesidad más elevada en adolescentes fue en aquellos con 13 años de edad con 22 por ciento.
La ENSN además refiere que la dinámica de la alimentación y los hábitos de activación física cambiaron durante la pandemia que se ha prolongado con su tercera ola en la región.
Según la ENSN-C19, en los adolescentes de 15 a 19 años aumentó casi 40 por ciento el tiempo que pasaron sentados o reclinados durante el día; esta proporción fue menor aunque aumentó 36 por ciento en menores de 10 a 14 años.
Respecto a la dinámica alimentaria, en las zonas rurales disminuyó el consumo de carnes y leches mientras que en la región urbana disminuyeron en el consumo de dulces o chocolates, botanas, pan dulce y bebidas endulzadas en cerca de la tercera parte de sus hogares.
Sin embargo, el grupo de alimentos que tuvo mayor afectación fue el de las carnes rojas, pollo y pescados que disminuyeron en el 40.1 por ciento de los hogares en la región.