Las PrEP y PEP se han utilizado para prevenir la transmisión del virus sobre todo del personal de salud  pero nunca como una estrategia cotidiana.

Para hacer frente a la propagación del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Puebla, especialistas y activistas señalan que es momento de que los servicios de salud pública ofrezcan de forma general los tratamientos de Profilaxis Pre Exposición (PrEP) y Profilaxis Post Exposición (PEP), medicamentos poco conocidos que brindan una barrera de protección virológica con una eficacia de hasta el 99 por ciento para evitar el desarrollo de esa enfermedad.

Al ampliar la accesibilidad a ese servicio, se beneficiaría principalmente a quienes ejercen prácticas sexuales de riesgo con regularidad y en cuyos casos el uso del condón no siempre es negociable.

LEER ADEMÁS: Lucha contra las terapias de conversión: tortura a la comunidad LGBTTTIQ+

Puebla, en primeros lugares de enfermedades sexuales y respiratorias

De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal, el 99.2 por ciento de todos los casos de VIH diagnosticados en México durante 2021 ocurrieron por la vía sexual. En el caso de Puebla la cifra fue de 812. A decir de Indiana Torres Escobar, maestra en Epidemiología por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, académica de la BUAP y fundadora del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) estatal, al menos el 90 por ciento de ellos pudieron haber sido evitados con el apoyo de las PrEP y PEP.

En entrevista con esta casa editorial, la especialista expuso que pese a ser una medida preventiva que se requiere con urgencia en Puebla, los esfuerzos para garantizar su accesibilidad de forma masiva han sido insuficientes hasta ahora.

Señaló que las PrEP y PEP no son nuevas para los sistemas de salud pública en México. Desde hace más de una década fueron aprobadas por las autoridades sanitarias y se han utilizado para prevenir la transmisión del virus sobre todo del personal de salud que trabaja con material contaminado y con víctimas de violencia sexual, pero nunca como una estrategia preventiva en casos cotidianos de prácticas coitales.

Detalló que su uso con estos fines sería aprovechado principalmente por aquellas personas que suelen tener varias parejas eróticas y en cuyos contextos el uso de un preservativo no siempre es posible. En ese segmento entran principalmente quienes se dedican al trabajo sexual, las personas trans y los hombres homosexuales.

Sin embargo, declaró que es debido a la discriminación estructural que esos grupos enfrentan día a día que los mismos tratamientos se han mantenido fuera del alcance de quienes más los necesitan: “La no progresión del PrEP [y PEP] (…) se debe [principalmente] a los prejuicios hacia estos grupos (…) Todo lo que tengamos que hacer de prevención hay que hacerlo. La discriminación no ayuda en ningún caso”, afirmó.

¿CÓMO FUNCIONAN?

Para ahondar más en las particularidades de los tratamientos, este medio habló con Adán Cuamatzi, coordinador del colectivo especializado en temas de derechos humanos con enfoque de diversidad sexual y de género, Vida Plena Puebla. En entrevista reveló que durante los últimos años en la entidad se ha incrementado el número de personas que buscan informarse acerca de esos procedimientos.

DOBLE VÍA

Añadió que ambos requieren de acompañamiento médico puntual, sin excepción, pues existen plazos muy específicos para cada uno de ellos y al no cumplirlos la eficacia de los mismos puede verse afectada. Además, reiteró que el uso del condón sigue siendo indispensable siempre que sea posible, pues si bien el medicamento funciona contra el VIH, no evita la transmisión de otras infecciones.

En primer lugar, explicó que el PrEP consiste en la toma de una pastilla diaria por un mes de forma ininterrumpida, previo a la práctica sexual. Posterior a ello y con previo aval de un médico especialista, el paciente estará protegido durante un periodo de quince días.

LEER TAMBIÉN: Congreso de Puebla aprueba exhorto para fortalecer campañas sobre ETS

Sobre este tema en particular, puntualizó que existen algunos factores a considerar antes de acceder a ese tratamiento. Lo más importante es acreditar mediante una prueba confirmatoria que el organismo se encuentra libre del virus antes de recibir el fármaco. Esto debido a que muchos de quienes pretenden iniciar el mismo lo hacen una vez que tuvieron la práctica sexual y no antes, como está indicado. Ante esa realidad, refirió que varios de los solicitantes llegan tarde pues los antígenos del VIH ya se inocularon en sus organismos, por lo que el tratamiento se vuelve inútil.

El PEP, en cambio, se utiliza de forma opuesta.

Una vez que alguien sostuvo una práctica coital con una o varias personas de las que desconocen su estatus serológico, el riesgo de haber contraído VIH es latente. En dichos casos, el tratamiento debe iniciarse forzosamente antes de pasar las 72 horas posteriores al evento, ya que, en caso de estar confirmado el riesgo, los antígenos del virus pueden empezar a desarrollarse en el organismo y eventualmente concluir en un diagnóstico positivo.

Es importante mencionar que si bien existen diversos medicamentos que cubren las mismas funciones, es a través de la evaluación médica cómo se eligen los más aptos para cada caso. De ahí la necesidad que tienen las instituciones de salud pública por cubrir ese servicio.

Ahora bien, así como reconoce sus bondades, el activista no puede evitar cuestionarse algunas contradicciones de lo que él percibe como “la medicalización de la sexualidad”, pues considera que a la par de la implementación de los tratamientos, las autoridades están obligadas a evaluar los efectos adversos que el uso indiscriminado de los fármacos y sin vigilancia profesional pueden provocar en los organismos receptores.

“[Estos medicamentos] pueden producir efectos a largo plazo. [A veces] me encuentro con este dilema de ¿qué tanto la medicalización de la sexualidad abona realmente a que las personas tengan una vida sexual digna, con un eje transversal de derechos sexuales y reproductivos?”, preguntó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *