Con tristeza, impotencia y preocupación, trataron de salvar algo, pero fue imposible, en menos de una hora, su vivienda había sido consumida.

Los integrantes de la familia Alfonso Nava recorren con tristeza el lugar reducido a cenizas donde vivieron  por casi 15 años; mientras lo hacen, explican dónde se encontraban sus camas, la cocina, el lugar donde se reunían a convivir. Levantan los restos de lo que fueron juguetes de su pequeña hija de tres años; todo esto mientras aún sale humo y algunas llamas de los morillos de su hogar construido con madera, el cual fue consumido por el fuego dejándolos en total desamparo.

Fue el pasado sábado 17 de abril, alrededor de las 15:00 horas, cuando  fueron alertados por vecinos sobre que su vivienda, ubicada en el barrio de Teotlalpan, del municipio de La Magdalena Tlaltelulco, se estaba incendiando, la cual fue alcanzada por las llamas de la quema del pastizal de un terreno contiguo. En cuestión de minutos llegaron a su vivienda, y se percataron que el fuego había cobrado fuerza y prácticamente había arrasado con gran parte de ella. Con tristeza, impotencia y preocupación, trataron de salvar algo, pero fue imposible, en menos de una hora, su vivienda había sido consumida.

Así lo relató a URBANO Noticias, José Alfonso Nava, el hijo mayor de la familia de seis integrantes, quienes tienen un negocio a pie de la carretera federal Vía Corta Santa AnaPuebla, a la altura del municipio de Magdalena en donde venden madera y productos derivados, del cual se sostienen diariamente e incluso han sacado los estudios universitarios de sus hermanos.

La vivienda estaba construida en su mayoría de madera, con techo de lámina, pero en su interior contaban con electrodomésticos, muebles, enceres, ropa, herramienta, documentos personales e incluso sus ahorros, medicamentos de la madre que padece una arritmia cardiaca y demás artículos que con mucho esfuerzo y trabajo, habían adquirido durante 15 años desde que edificaron su hogar por cuenta propia.

Aun se preguntan hasta el momento, quién fue el responsable del incendio, pues sospechan que alguien le prendió fuego al pastizal para limpiar el terreno contiguo, pero éste se salió de control debido a las rachas de viento de aquella tarde calurosa y que desafortunadamente acabó con su patrimonio.



Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, José Alfonso detalló que además de su bienes muebles, el incendio también acabó con sus recuerdos, fotografías familiares de algunas generaciones atrás, de los abuelos y de su infancia, además las llamas les quitó también ahorros, equipo de trabajo, pantallas, el refrigerador, las estufas, el horno de microondas, lavadoras, camas, la sala, sus roperos, prácticamente se quedaron sin nada.

En el transitar por la vivienda, José Alfonso Nava nos explica cómo se encontraba construida la casa y la distribución de la misma, al tiempo que se escucha el crujir de los restos carbonizados de la casa, aún huele a madera y plástico quemado que se traduce en tristeza y coraje, un cúmulo de sentimientos encontrados; en algunas partes aún sale humo e incluso llamas de entre los morillos que sostenían la casa, sus sentimientos e impotencia es contagiosa.

“Nos quedamos sin nada, seguimos con la misma muda de ropa desde el sábado, el incendio acabó con todo”, relata José, al tiempo que señala el pequeño cuarto en donde dormía con su esposa y su hija de tres años de edad, intenta levantar los restos de una carriola, mientras su madre, levanta los fierros que quedaron de uno de los colchones.

Señaló que a través de la red social Twitter, subieron su historia y con el apoyo de gente de Puebla y de personas Apizaco, les han brindado el medicamento controlado que debe de tomar su madre, quien padece una arritmia cardiaca, lo cual es necesario para preservar su salud; “lo que nos importa ahorita es no suspender el medicamento de mi mamá, ya perdimos la casa, y perder también a nuestra madre sería algo más fuerte para nosotros”, relata con lágrimas en los ojos y la voz quebrada.

A tres días de los hechos, ninguna autoridad tanto municipal como del Estado, se ha acercado para conocer de su situación y que los apoyen con algo; ni el presidente municipal de Tlaltelulco, Rubén Pluma Morales, ni alguna gente del Gobierno del Estado; el día del incendio lo auxiliaron algunos policías municipales, mientras que el Cuerpo de Bomberos acudió pero no pudieron encender la bomba de agua que portaba el camión.

Con resignación, José señala que les tocará iniciar desde cero, reconstruir su patrimonio, aunque de alguna manera lo ve lejano, ya que en el pequeño negocio que tienen, las ventas siguen bajas desde la pandemia y lo que logran vender es para salir al día y para las necesidades básicas; aunque suspira y refiere que hay ocasiones en que no venden nada en todo el día.

El incendio también arrasó con la computadora de su hermano Jesús, quien es estudiante de maestría, en la cual además de ser el instrumento con el que actualmente tomaba clases en línea, realizaba sus tareas, también le servía para su trabajo como Servidor de la Nación ya que formaba parte de las Brigadas Correcaminos que tienen a su cargo la vacunación contra la COVID19 en el Estado, incluso, señala que las llamas consumieron el comprobante con el cual su madre accedería a la segunda dosis de la vacuna contra la COVID-19.

Por tal motivo, solicitaron el apoyo de las autoridades para que les brinden facilidades para obtener nuevamente sus documentos personales como son las escrituras de la casa, actas de nacimiento, credenciales y demás, ya que el fuego acabó con ellos, “ahora estamos como si no existiéramos en este mundo”.

Además apelaron a la solidaridad de la gente para que los apoyen para iniciar su vida de nuevo y reconstruir su vivienda, por lo que pusieron a disposición el número de teléfono 2462149360 y el número de cuenta 4169160478031405 de Bancoppel, para las personas que gusten apoyarlos ante esta difícil situación por la que están atravesando.

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