Con 31 años de edad cursa una licenciatura en la Universidad Autonóma de Puebla, con un programa tradicional de estudios


Cuando el mundo esta hecho para las personas comunes y corrientes, donde el sonido y el habla forman un código perfecto para aprender, para Luis Alfonso la cosas es más compleja porque como sordomudo tiene que buscar manera de adptarse, avanzar, y sentar bases, nunca claudicar. A veces no queda más que luchar contracorriente para lograr un sueño. Se puede tardar más en llegar a la meta, porque a los 31 años y empezar una carrera, es complicado, pero no imposible.

Luis Alfonso Payán Domínguez, está inscrito en la licenciatura en Procesos Educativos de la Benemérita Universidad Autonóma de Puebla (Buap). No escucha y se comunica a señas. Quiere convertirse en docente para sordos, pero estuvo a punto de abandonar la carrera cuando más de la mitad del programa no lo podía asimilar por su condición. Los maestros no se adptaron a él, sino que él debia adptarse a ellos, y no era posible.

Un día, planteó su historia, su reto. Ahora aprende a través de los oidos de  Janett Alejandra González Sánchez, contratada por la Universidad para fungir como intérprete y atender las necesidades particulares de Luis.

En octubre de 2017, Luis sostuvo una reunión con la coordinadora de su programa educativo, Karla Villaseñor Palma, en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP, para expresar los motivos de su posible deserción. La falta de un intérprete le imposibilitaba comprender gran parte de los contenidos de las asignaturas. La Institución le dio una respuesta.

El pasado 8 de enero, Janett Alejandra González Sánchez, licenciada en Educación Especial en el área de Atención Intelectual, se convirtió en su intérprete, al contar con tal experiencia en juzgados y actos públicos de gobernantes, además de brindar terapia a personas con esta discapacidad.

Luis cuenta con un par de oídos que le permiten comprender los conocimientos que sus docentes le comparten. La intérprete González Sánchez le brinda un soporte extra, pues además de dominar el lenguaje de señas, es egresada de una licenciatura que empata con los contenidos del programa de estudio de Luis. Ambos son del área de la docencia.

 “Traducir en señas lo que el profesor dicta en clase o lo que recomienda leer no es suficiente. El conocimiento universitario es especializado y complejo, además no existen traducciones exactas, por lo que es necesario conocer de los temas para no compartir ideas erróneas. Tengo una gran responsabilidad en la formación de este estudiante”, comentó González Sánchez.

Janette, sin embargo advierte una problemática que limita la inclsuión de personas como Luis: “se debe sensibilizar a los profesores, sobre todo porque hay que realizar  cambios en las metodologías de enseñanza, pues los sordos no aprenden de la misma forma. Su lenguaje se estructura de otra manera, por lo que la pedagogía y los esquemas de evaluación se deben ajustar a ello”.

A estas diferencias en el aprendizaje hay que sumar los rezagos que los estudiantes con discapacidad arrastran desde su formación básica, debido a la poca atención de muchos docentes que casi siempre les enseñan los mismos contenidos. Luis concluyó su preparatoria en siete años, porque en ocasiones las escuelas lo dejaban sin intérprete.

Un atleta

Luis es atleta, que además de formar parte de la Comisión de Jóvenes Sordos del Estado de Puebla, es miembro de la Federación Mexicana de Deportes para Sordos. Janett ha sido intérprete representante de Puebla en estas actividades deportivas. Fue por eso que conoció a su amigo, hace diez años.

 Ella ha motivado a Luis a no abandonar su meta de convertirse en profesor de sordos. Además de encontrar palabras de apoyo en Janett, el universitario cuenta con la ayuda de su pareja, Miguel Lucero Rojas, antropólogo social y maestro en Sociología con interés en temas de género y sexualidad, quien, motivado por el cariño hacia su esposo y las vicisitudes que sufren las personas con discapacidad, imparte cursos sobre lengua de señas mexicanas, en su asociación civil Uniendo Caminos, la cual creó a partir de conocerlo a él.

 “Yo conozco su historia. Su pareja lo motivó a seguir estudiando. Él es un pilar importante en su vida. Le ayudó a terminar su preparatoria y ahora le apoya en la Universidad. Su pareja es oyente y antes no conocía ni la A. Ahora lo veo interpretándole. Viven juntos y le motiva mucho”, narró Janett.

 Cuando Luis estuvo a nada de desertar, el activista lo animó. Este aliento, aunado al compromiso de Janett, mantienen vivo el proyecto de vida: “yo le dije en su momento que quería que se graduara para que trascendiera y se convierta en una persona exitosa”, recordó la intérprete. “Si Luis tardó siete años en graduarse de la prepa, es porque tiene un interés genuino de continuar estudiando. Muchos sordos no estudian”.

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