Durante la década de los ochenta, la audiencia mexicana se enamoró de Rosa Gloria Chagoyán y su personaje “Lola, la trailera”, convirtiéndola en una de las actrices más taquilleras del cine mexicano y en una figura importante en la industria del entretenimiento del país.
En esa década, concretamente el 20 de noviembre de 1982 nació Leticia Escobedo Ortega, en Ahuazotepec, Puebla, quien a los ocho años ya soñaba en convertirse en trailera. Mas que parecerse a Chagoyán, quería ser como su papá, un trailero.
En Ahuazotepec la mayoría de los hombres se dedican al trasporte de mercancías, son dueños de tráileres o los rentan, así que para Leticia era normal ver a su padre llegar esporádicamente a casa, limpiar el tráiler y regresar a la carretera.
En cada partida de su papá, Leticia se paraba en la orilla de la carretera soñando que un día sería ella la que conduciría ese enorme automotor, pero su proyecto de vida se pausó cuando se casó a los 16 años.
Los siguientes 18 años cumplió con la norma del matrimonio, tuvo tres hijos y atendió una ferretería y una purificadora de agua para colaborar con la economía familiar, pero su mente seguía mirando hacia la carretera.
Cuando Leticia cumplió 35 años decidió solicitar empleo en Transporte Castores, una de las empresas más importantes de traslado terrestre y logística de mercancías en México, que cuenta con una escuela de operadores donde capacitan a mujeres.
Sus hijos que en ese entonces tenían entre 16 y 11 años no comprendían porqué su madre quería tomar un trabajo que era para hombres, así que se quedaron con su padre.
Ella hizo sus maletas y partió cargando además de su ropa el estigma de abandonar su hogar. Solo ella sabe lo que su corazón sintió, pero aquella niña que soñó con conducir un tráiler lo logró.
Mujer valiente, trabajadora y libre
Viviendo en el camino
La vida de las y los conductores de tráiler es una carrera de resistencia. Pasan horas, días y hasta semanas de trayecto en carretera para entregar mercancías en ciudades, que a veces no conocen, porque regresan de inmediato para cargar nuevamente el transporte.
Un día de Leticia inicia a las cinco de la mañana cuando se baña y toma su maleta con ropa y alimentos. A las seis está arriba del tráiler y comienza el trayecto, los más frecuentes durante estos cinco años han sido las rutas Tijuana, La Paz y Cancún.
Esas distancias las recorre en un promedio de tres días de acuerdo al itinerario trazado por la empresa: martes salida de mercancía- viernes entrega de mercancía.
Durante esos tres días Leticia vive en el camino. Hace paradas para prepararse sus alimentos y para dormir en la cabina del tráiler, siempre a la orilla de la carretera.
Leticia contó a URBANO Noticias que la mayoría de veces come lo que lleva en una hielera y prepara en una parrilla, ya que hay carreteras en las que no hay restaurantes, mientras que para bañarse busca algún paradero con el servicio de regaderas.
Me dice que nunca se aburre, ni le es tedioso manejar por horas porque todo lo que se ama se hace con pasión, además de que se compaña de buena música para cantar corridos, baladas románticas y hasta música en inglés.
“En la carretera pienso mucho en mis hijos. No me arrepiento de haber dejado atrás la vida que tenía, lo único que desearía cambiar es que mis hijas Angelina y Mariela (que ahora tienen 21 y 20 años) comprendan que las mujeres debemos ser libres y hacer lo que nos nace del corazón”, contó Leticia.
Dice que su hijo Enrique Ramón ya tiene 15 años. Con él mantiene un poco más de contacto y ya se ha subido a su tráiler, pero desearía reunirse con sus tres hijos al mismo tiempo para decirles cuánto los ama.
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Después me cuenta que en Ahuazotepec, hay varias mujeres que quisieran ser conductoras de trailer, pero que no se atreven por el que dirán o porque la sociedad continúa pensando que esos trabajos son exclusivos para los hombres.
Recordó que en 2018 que fue contratada por Transportes Castores, con ella, eran siete mujeres conductoras y actualmente son unas 15 féminas al volante de tráileres, porque lo que animó a las que deseen ser traileras a acudir a esta empresa para capacitarse.
“Hay mujeres que me conocen en Ahuazotepec y tienen esa espinita de ser conductoras. Les diría a ellas y a todas las que tienen un sueño que no tengan miedo, que nada es imposible, que no se queden con las ganas de vivir, que hagan lo que les gusta. ¡A esta vida que es tan corta venimos a ser felices!”, dijo.
Actualmente Leticia vive en Toluca, Estado de México y ahora ella ofrece servicios de traslado particulares con un tráiler que le renta Transportes Castores, así que ella diseña sus itinerarios y decide sus jornadas de trabajo.
También rehízo su vida con un conductor de tráiler con el que comparte su pasión por el camino y con el conducirá el resto de este viaje llamado vida.
Ahuazotepec, el pueblo de los transportistas
Ahuazotepec se encuentra en la Sierra Norte de Puebla, a dos horas y media de la capital poblana y colinda con el estado de Hidalgo. Ahí existen 80 líneas de transporte y 450 que trabajan como personas físicas dueñas de unas a 20 unidades, cada una.
Fue en 1960 cuando se fundó la primera línea de transporte conocida como Unión Camionera, que en 1973 quedó constituida como Sociedad Anónima.
En 1974 Abelardo Vergara fue el primer habitante de Ahuazotepec en adquirir y conducir un tráiler, un Autocar de color guinda que llevaba el nombre de “Forastero”.
Desde ese entonces no se había visto una mujer al volante con licencia federal, por lo que Leticia Escobedo es pionera en la región, contó Sonia Jiménez López, oriunda de Ahuazotepec, a quien agradecemos habernos contado que en su tierra hay mujeres valientes que vencen el patriarcado que ordena a las mujeres en que deben y en que no trabajar.
Quizás ahora que regresará a la televisión “Lola la trailera” con la telenovela “Mi camino es amarte” que buscará dejar en la audiencia la reflexión del empoderamiento femenino, como señaló en medios nacionales la actriz Rosa Gloria Chagoyán, “Leticia, la trailera de Ahuazotepec” sea vista por sus hijos y su pueblo lo que es, una mujer valiente, trabajadora y libre.
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Fotos: Especial
Por: Mónica Franco