Lorena de niña era llenita, sus mejillas eran como las manzanas de Zacatlán, el lugar donde nació. A los 12 años llegó a vivir a Puebla y abruptamente adelgazó para ser aceptada por sus compañeras del Colegio Americano y así convertirse en la reina escolar “la más bonita de la escuela”, así se referían a ella.

Esta mujer que ahora tiene 48 años y el nombre con el que se presenta es ficticio por petición suya. Actualmente ella padece diabetes e hipotiroidismo, resultado de las constantes dietas a las que se sometió, durante más de dos décadas, para cumplir con el estándar que se solicitaba en los certámenes de belleza durante los 80s y 90s.

Lorena dialogó con Urbano Noticias luego que el pasado 20 de diciembre el Congreso del Estado prohibió los Concursos de Belleza en las escuelas públicas y privadas desde el kínder hasta la preparatoria, para evitar la reproducción de los estereotipos de género y la violencia simbólica cobijada desde la estructura gubernamental.

La exreina de belleza consideró que esta ley es un primer paso para erradicar la violencia que se genera entre mujeres que compiten por ser la más bonita, la de mejor cuerpo o la que logre tener al mejor marido utilizando sus atributos físicos, “al menos así era en mi época, entre más bonita mejor esposo obtendrías”.

Lorena no cree en el feminismo, debido a que para ella la mujer debe tener marcadas diferencias con los hombres y algunas de ellas son justo la belleza, aunque ahora reconoce que sufrió demasiado por mantener un cuerpo esbelto luchando contra su propia naturaleza situación que la enfermó.

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“Deje de comer en mi adolescencia y sustituía con una malteadas que eran súper famosas, las Slim Fast. Tomaba litros de café y cuando comía eran cantidades de risa, además mi mamá estaba tan pendiente de lo que comía que cuando se me antojaba algo o intentaba comer de más ella estaba atrás recordándome lo feas que eran las ‘gorditas cachetonas’”, contó.

Añadió que su mamá le servía sus porciones pesadas con báscula y que la única forma de comer tortilla, era asada en el comal para deshidratarla y tuviera menos calorías, ya que antes de siglo 21 no había tostadas horneadas como las que ahora se ocupan en las dietas.

“Me tostaban tanto la tortilla que me la comía hasta quemada, me daba mucha tristeza y a veces asco así que preferí dejar de comer. Mis comidas eran a base de queso, huevo duro, pollo o pescado, toronjas y lechugas. A veces me daban ataques de ansiedad y sin que nadie me viera me atracaba de panqués o de tacos de jamón con mayonesa y después iba a vomitar”, recordó.

“Y este tormento solo era la comida”, continuó, el otro suplicio eran las fajas, corset, vendas de yeso, masajes de drenaje linfático hasta que con los años llegó la liposucción, la rinoplastia y el aumento de senos.

El cabello era otro ritual porque en los 80 y 90 las actrices de Hollywood todas rubias, así que forzosamente “las rubias más bonitas” pasaban por una decoloración de cabello que las tenía en la estética casi todo el día con procedimientos que en ocasiones les quemaban el cuero cabelludo.

“El gasto de lo que te he contado es impresionante, pero aún hay más: la ropa y el calzado. Tenías que ir a Galería Las Animas a hacer pedidos especiales o con una modista con tela que siempre comprabas en Casa Yitani, ellos vistieron a las reinas de belleza”, añadió.

Lorena contó varios de los métodos que se utilizaban para derribar a la oponente como era relacionarse sexualmente con los jueces; “había casos que la concursante tenía unos 14 o 15 años entonces procedía que las mamás que eran mujeres cercanas a los 40 años, ellas eran las que se acostaban con los jueces”.

“Aunque se nieguen a reconocerlo y aceptarlo esta era la constante en todo tipo de concursos de las misses, por eso tenías que ser bella para que le gustaras a alguien que te ayudara a pararte en el escenario como la mejor de todas”, aseguró

Este mismo método se utilizó en las a audiciones, ya fuera para pasarelas de modelaje o grupos artísticos de canto o danza. En estos últimos contó que para quitarse del paso a la primera bailarina de alguna compañía de ballet era necesario poner tachuelas, adentro del zapato sin que nadie se percatara, para lesionar los pies y sacarlas de escena.

“No me da orgullo, pero así sucedió y todas las que participamos en concursos de belleza hicimos muchas cosas. Ahora dicen que el patriarcado es el culpable (sonríe). Ellos solo nos observaban, muchos buenos hombres que nos admiraban no tienen ni idea de lo que hicimos. La regulación que me cuentas del Congreso se queda corta a lo que implica este mundo de las reinas de belleza, y esto no hará que las niñas o los transexuales dejen de soñar con ser reinas porque está en el ADN de las mujeres”, aseguró.

¿Y cómo sabias que eras la más bella? Siempre puede haber una más bella, preguntó Urbano.

“Una vez que te ganaste una corona de belleza viene en cascada todo. Eres amada u odiada por las demás mujeres, y ellos no dejan de mirarte y te ofrecen lo que quieras, solo es cosa de tomarlo. Después viene la peor parte si no puedes mantener tu físico y un rostro sin arrugas, viene la burla de las mujeres a las que derribaste y el abandono de los hombres que en algún momento te patrocinaron.

Secuelas psicológicas por no tener «cuerpo de revista«

La psicóloga Rebeca Mendoza Alvear del Departamento de Atención de la Violencia hacia las Mujeres de la Secretaría de Igualdad Sustantiva de Género del Ayuntamiento de Puebla, consideró como acertada la decisión de los legisladores, ya que desde temprana edad se normalizan los estereotipos de belleza y la cosificación del cuerpo de la mujer.

La especialista en violencia de género reconoció que este es un tema complejo, ya que la prohibición de los concursos de belleza se dará solo a nivel escolar, pero afuera seguirán los certámenes que lucran con los cuerpos de las mujeres, pues todo lo que se mueve alrededor genera ganancias económicas.

“Tan se ha normalizado que para las y los padres y las chicas, aparentemente es un orgullo estar dentro de estos concursos y se les apoya porque se ha normalizado que se vea el cuerpo como un objeto y que este sea expuesto ante los demás. Esto causa muchísimo daño psicológico”, señaló.

Mendoza Alvear enfatizó que cuando las niñas y adolescentes se miran al espejo y no encuentran lo que se les dice que es perfecto y bello, como una piel blanca, medidas corporales de 90 de busto, 60 de cintura y 90 de cadera, inician procesos destructivos como la anorexia y la bulimia, además de tener una constante baja autoestima.

La que impera entre las mexicanas es la piel morena, muy pocas tienen color blanco. Habrá quien tenga esas medidas de 90-60-90, pero la mayoría no. Estos estereotipos de belleza nos han hecho mucho daño a las mujeres y justo se promueven en esos concursos de belleza desde la prepa, la secundaria rural, las fiestas patrias, hasta Miss Universo”, enfatizó.

La psicóloga dijo que en lo que se debe trabajar es en la aceptación de los cuerpos reales de las mujeres para que las niñas desde pequeñas sepan que las manchas de la piel, la celulitis, los rollitos del estómago y los gorditos en el cuerpo son parte normal del crecimiento.

Prohíben certámenes de belleza en escuelas, pero no en municipios

El 20 diciembre de 2022 el Congreso del Estado avaló la propuesta de la diputada local del Partido Acción Nacional (PAN), Érika Patricia Valencia Ávila, de adicionar el artículo 92 Bis de la Ley de Educación del Estado de Puebla para prohibir la realización de los concursos de belleza en las primarias, secundarias y bachilleratos del estado.

De acuerdo con la panista, los concursos que evalúan el físico de las personas representan una forma de violencia simbólica que se fomenta desde el estado y que puede traer consigo efectos negativos que afecten la salud de las menores de edad o inclusive se vean en la necesidad de atentar contra su salud para cumplir con los estándares sociales.

Medio año antes, a mediados del mes de mayo, la diputada Valencia Ávila propuso un exhorto dirigido a los 217 municipios del estado para que se abstuvieran de promover o realizar concursos de belleza, elecciones de reina y princesa, y cualquier otra forma de competencia en la que se evalúe con base en estereotipos sexistas, la belleza o la apariencia física de las mujeres.

Sin embargo, este exhorto fue ignorado por los presidentes municipales que el pasado mes de septiembre promovieron el concurso de la reina de las fiestas patrias como fue el caso de la presidencia municipal de su ciudad natal, Venustiano Carranza, que lo llamó “Señorita Independencia 2022”.

En ese concurso se solicitó tener consentimiento de los padres (lo que implicó que inscribieron a menores de edad), ser soltera y sin hijos, fotografías de rostro y cuerpo completo, y gusto por el deporte y la moda.

Cabe señalar que, en 2011, siendo alcalde del municipio en referencia, Jorge Valencia Ávila, (hermano de la proponente de esta ley) la noche del 15 de septiembre, coronaron a la señorita Independencia “DIANA I” del bachillerato Alfonso de la Madrid; a la señorita Libertad “KOREI I” de la secundaria Juan Rulfo; a la señorita Patria, “KARUMI I” de la secundaria Venustiano Carranza ya la reina de las fiestas patrias, “LAURA I” del CECYTE.

Por: Mónica Franco

Foto: Especial

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