El exilio no debe ser la condena de quien ejerce el derecho a la libertad de expresión pero Claudia Martínez Sánchez tuvo que huir de Puebla para conservar su vida y mantener a salvo a su familia por ejercer el periodismo.

La madrugada del 11 de febrero del 2022 la periodista de 46 años, recibió una llamada telefónica anónima que advertía que iban a su casa para ejecutarla. Sin más tomó una maleta y se fue.

La corresponsal de Los Ángeles Press recientemente había sido cesada de sus funciones como profesora de un bachillerato estatal por dar cobertura, durante los fines de semana, al movimiento de resistencia indígena “Unidad por Coyomeapan”.

También recibió llamadas que le advertían que no siguiera escribiendo en contra de la familia Celestino Rosas, quienes gobiernan desde hace más de 12 años ese municipio ubicado en la sierra negra de Puebla.

En otras llamadas le decían que iba a pasar varios años en la cárcel porque había órdenes de aprensión en su contra por escribir en contra del gobierno del finado Luis Miguel Barbosa Huerta.

Claudia

Claudia y yo nos conocimos hace 13 años en la Casa del Periodista en la Ciudad de México, éramos las únicas poblanas que nos capacitábamos en protocolos de seguridad para reporteros.

En ese entonces la escalada de violencia contra los periodistas era tan grave que una de las ponentes, de ese taller, era la periodista Anabel Hernández, quien en 2010 recibió información de que Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública del presidente Felipe Calderón, pretendía asesinarla como represalia por las acusaciones de corrupción que hizo en su contra.

Hoy veo en el rostro de Claudia lo mismo que vi en Anabel, miedo y fortaleza a la vez, solo que Hernández el día que nos capacitó era escoltada por dos guardaespaldas y Claudia no.

Al reencontrarnos nos abrazamos y le agradecí cuando me acompañó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Puebla, en 2011, para presentar una queja contra el entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Roberto Flores Toledano, cuyos escoltas me agredieron ante su mirada en el estacionamiento del Centro Expositor. Ese día, como hoy, estábamos solas, pero ahora en un parque público en donde se realizó la entrevista.

¿Claudia tienes miedo?, le pregunto.

Todos los días. Todos los días en este país se vive con miedo. En un país tan inseguro y lleno de corrupción todos los días siendo periodista se tiene miedo, pero eres tú o son ellos.

¿Claudia tienes fe?

Mucha sin duda. Tengo fe en que las cosas cambien. Tengo fe en Dios por supuesto. En algún momento llegue a dudar de algo que pudiera protegernos pero cuando salí desplazada tuve muchas manifestaciones en las que estaba muy presente. Me sentía sola estando desplazada, lejos de mi familia y de mi estado pero siempre estuvo ahí. No me dejó.

La periodista, activista y pintora, me contó como el documental de su autoría llamado Coyomeapan, fue exhibido en festival de arte “48 Hours Neukölln” de Berlín, Alemania a mediados del año pasado.

También exhibió parte de su obra como pintora con la colección “Siempre las mismas cabezas” en donde logró captar el rostro de la discriminación que sufren las comunidades indígenas en Puebla.

Ahora Claudia está en la planeación de la segunda parte de este documental que realizó tras el asesinato de tres integrantes del movimiento de resistencia indígena “Unidad por Coyomeapan”, quienes fueron emboscados por policías estatales el 9 de mayo del 2022.

También ahora está promocionando el documental Al grito de las autodefensas, donde documentó a mujeres de la mixteca armadas para defenderse de la incursión de grupos criminales y que ahora concursa en un festival de documentales en Estados Unidos.

To the cry of self-defenses está participando en el festival de cine internacional Life off golbal sessions donde podrás ver 50 películas con el pago de 13 dólares.

La manera en la que ustedes pueden apoyar nuestro trabajo es votando por nuestra película. Primero  entran a la liga, se compra el pase de entrada como cualquier función de cine”, explicó.

Recordó que el sexenio del finado ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, se empezaron a formar estas autodefensas en municipios como Izúcar de Matamoros y Yehualtepec, pero el mandatario lo negó, fue cuando ella empezó una investigación que la llevó a generar este documental.

La transición de comunicadora a activista

A sus 20 años Claudia incursionó en los medios de comunicación poblanos como conductora de la extinta Radio Lobo y de la Tropical Caliente, unos años después la maternidad le hizo dejar el medio.

En 2006 intentó retomar su carrera como locutora pero las puertas se le cerraron por su edad, así que empezó a reportear como corresponsal de municipios del interior del estado y en algunos medios locales.

“Cuando regreso a intentar regresar a los medios de comunicación me encuentro que ya no es tan fácil. El sindicato de la radio requiere de voces juveniles, el perfil de una joven con un cuerpo y más y yo ya no estoy con eso que requiere la radio así que me interesé por el periodismo”, contó.

Ese mismo año inició el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, uno de los períodos más crueles contra los periodistas que perdieron la vida en las coberturas sobre grupos del crimen organizado.

“Con el paso de los años me percaté que no solo en Puebla sino en todo el país, en especial en Veracruz, en el sexenio de Duarte inician los agravios y muerte de periodistas. Me preguntaba ¿Qué es lo que está pasando? ¿porqué los están matando ¿qué es lo que pasa en México?

Desde el 2010 Claudia comenzó a tomar talleres de defensa de derechos de periodistas y se relacionó con colegas de todas partes del país para dar acompañamiento a quienes sufren agresiones por grupos políticos o del crimen organizado, así surgió el Colectivo Nacional Alerta Temprana para Periodistas y Activistas (Conapa) que ella representa en Puebla.

Claudia sabe que en la medida que mas periodistas, sobre todo las nuevas generaciones, conozcan sus derechos y a dónde pueden acudir cuando sufran una agresión, habrá menos comunicadores  asesinados.

También lamentó que el ego de algunos periodistas impida que se puedan solidarizar con los agravios que sufren otros compañeros, como fue su caso, debido a que las asociaciones de periodistas de Puebla no la apoyaron por no realizar diarismo.

“Sigue siendo complicado ser mujer. Hay autoridades y compañeros que por ser mujer no te apoyan y lo más triste es que de las propias compañeras periodistas hayan señalado que yo no era periodista y por eso no me apoyaban porque además no debía haber ido a Coyomeapan”, recordó.

También señaló que Puebla sigue siendo un foco rojo en materia de agresiones a periodistas mismas que vienen de funcionarios públicos y de elementos policíacos.

En su desplazamiento forzado Claudia Martínez Sánchez se reencontró con su artista interior y pintó obra que se dedicó a vender mediante el apoyo de artistas, que conoció cuando era locutora, que la cobijaron para poder generar recursos para subsistir y para enviar dinero sus hijos en Puebla.

“El arte y la pintura me salvó la vida, literalmente. Me quedé sin trabajo, me quitaron todos los ingresos, incluso en el medio en el que estaba trabajando se prestó a toda esta cadena de corrupción. Con las más de 100 obras que tenía subsistí, nunca en mi vida había vendido tantas pinturas como en mi exilio. Nunca en mi vida había conocido tantas personas maravillosas como en mi exilio”, relató.

Discurso fuerte y poderoso contra el barbosismo

Con voz fuerte y sin titubeos el pasado 7 de junio, un año después de que tuvo que vivir en otros estados, Claudia Martínez Sánchez se presentó en un encuentro de periodistas con el gobernador de Puebla Sergio Salomón Céspedes por el día de la Libertad de Expresión en México.

Al hacer uso de la palabra fue clara y contundente en señalar que fue el ex gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta el causante de la represión del movimiento de resistencia indígena “Unidad por Coyomeapan”.

También le habló de frente al secretario de Gobernación, Julio Miguel Huerta Gómez (sobrino del ex mandatario) a quien le dijo que cerró las puertas del diálogo con los habitantes de Coyomeapan y que “los ha pateado”.

Al concluir su mensaje de la periodista recordó que el pueblo de Coyomeapan fue reprimido por ejercer su derecho a la libertad de expresión, y que además de muertos hubo presos políticos. Posteriormente le dio la mano tanto al gobernador como al secretario de Gobernación.

Esta entrevista se dio tres días antes de que la periodista se presentara en esa reunión y me dijo que piensa que aun existen personajes del grupo de Miguel Barbosa que pueden frenar el trabajo del gobernador Céspedes Peregrina.

Antes de concluir le pregunto que qué consejo le daría a una periodista que sufre un proceso de duelo como el que tiene ella.

Que se sacudan, ya se cayeron, ahora levántese

 Lloren su duelo y levántese más fuertes porque podemos hacerlo. No hay mal que dure mil años. Somos capaces de salir adelante con o sin grupos de apoyo. Lo podemos hacer y lo hemos demostrando muchas mujeres en este país y han hecho historia por esa terquedad de hacer valer nuestros derechos.

Foto: Especial

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