El funcionario estatal aceptó que el gobierno estatal otorgó permiso a la armadora alemana de utilizar este mecanismo que bloquea este fenómeno

Para evitar un conflicto social con los habitantes de Cuatlancingo y Coronango que colindan con la armadora de autos Volkswagen, el gobierno del estado solicitó a la empresa suspender la detonación de cañones antigranizo, informó el secretario de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial (SDRSOT), Rodrigo Riestra Piña.

Aceptó que el gobierno estatal otorgó permiso a la armadora alemana de utilizar este método, el cual elimina el granizo y los daños que trae consigo a los cientos de vehículos que están al aire libre en la planta.



Dijo que hasta el momento no existe un veredicto de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ni de ninguna otra instancia que determine que utilizar estas bombas cause sequías y con ello se pierdan los cultivos, como acusan los campesinos de la región.

Sin embargo el funcionario estatal se comprometió a que al final de la temporada de cosechas, se analizará si algunas se perdieron por este motivo para poder indemnizarlas.

Cabe señalar que no solo los campesinos se han manifestado en contra de los cañones antigranizos, ya que también habitantes de unidades habitacionales colindantes con VW se han apostado afuera de la armadora para que cesen el estruendo que provocan estos artefactos.

Según un artículo de Isabel Pérez publicado en la sección de Ciencia de la UNAM, los cañones antigranizo han sido utilizados por los agricultores para prevenir las lluvias acompañadas de piedras de hielo que pudieran dañar las cosechas; sin embargo, la utilidad de éstos ha sido muy cuestionada pues no está científicamente comprobado que en realidad logren su objetivo.

Pensar que los cañones antigranizo realmente sirvan para detener grandes precipitaciones es un mito, un acto de fe, señala Fernando García García, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM. De hecho, hay quienes se oponen a que se sigan usando, tal es el caso de los académicos de la Universidad de Guadalajara y de San Luis Potosí; en  Chihuahua, ya se convencieron de que no son viables.

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