Hasta el pasado viernes 24 de mayo, «Bety», de 34 años, fue objeto de golpizas que estuvieron a punto de convertirla en otra víctima de feminicidio.

«Bety» tiene 34 años de edad y desde los 22 vivió bajo la sombra del maltrato físico que le daba su marido, en Buenos Aires, una comunidad del municipio de Jopala, ubicado en la Sierra Norte de Puebla.

Así fue hasta el pasado viernes, 24 de mayo, cuando este hombre –de quien se desconoce el nombre– estuvo muy cerca de asesinarla, a causa de múltiples lesiones provocadas con un machete.

La diputada local de aquel distrito, Liliana Luna Aguirre, explicó en entrevista que las agresiones más recientes hacia “Bety” comenzaron casi una semana antes de este incidente, cuando una persona conocida le prestó dinero para solventar pagos de fin de ciclo en las escuelas de sus hijos.

Refirió que según el testimonio de la víctima, esto provocó el enojo de su esposo, quien además de acusarla de prostitución, comenzó a golpearla; por lo que decidió salir de su casa y rentar un cuarto en la misma comunidad.

Mencionó que a partir de ese momento, él empezó a seguirla y a exigirle, tanto en público como en privado, que volviera al domicilio conyugal junto con sus cuatro hijos, a lo que ella se negó, hasta que él se presentó en su nuevo domicilio con un arma blanca.

Explicó que tras el ataque, ella salió del lugar en busca de ayuda, mientras él intentaba suicidarse; pero los vecinos impidieron que se quitara la vida y gestionaron que la mujer fuera trasladada de emergencia, en ambulancia aérea, a la ciudad de Puebla.

En entrevista, la legisladora apuntó que a casi una semana de estos hechos, «Bety» es atendida en el Hospital de Traumatología Rafael Moreno Valle, donde ha recibido múltiples transfusiones a causa de la cantidad de sangre que perdió y se le practicó una cirugía por fractura en uno de los brazos.

Subrayó que todos los gastos han corrido a cargo de la Secretaría de Salud y previó que así sea por el próximo mes, tiempo que se prevé que siga hospitalizada, aunque mencionó que los hermanos de la víctima también han hecho aportaciones económicas para algunos gastos.

Indicó que ientras tanto, se presentó una denuncia formal contra el agresor por el delito de intento de feminicidio; sin embargo, se sospecha que el sujeto se fugó para evitar la acción de la justicia.

Además, adelantó pláticas con el Instituto Poblano de la Mujer (IPM) para otorgarle apoyo económico y acceso a algún refugio donde su agresor no pueda encontrarla.

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