San Francisco Jerónimo profetizó a su madre que tendría una hija a la cual Dios le hablaría por medio de revelaciones.
Nació en Nápoles (Italia) en 1715. Su padre era un tejedor, hombre de terrible mal genio.
La mamá era una mujer extraordinariamente piadosa, la cual antes del nacimiento de la niña, ante los tratos tan violentos de su esposo y ante el misteriosos sueños que había tenido, le consultó el caso a San Francisco Jerónimo, el cual le profetizó que tendría una hija a la cual Dios le hablaría por medio de revelaciones.