Las personas son agredidas o mal tratadas por tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, creencias religiosas, sexo, edad, y orientación sexual.
Con información de Alejandra Olivera y Guadalupe Gálvez.
Puebla se encumbró como la sociedad más clasista del país, una entidad donde se discrimina a una persona ya sea por su tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, hasta por la forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, creencias religiosas, sexo, edad, y orientación sexual.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó este lunes la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS) 2017. En esta, se destaca que al menos un 28.4 por ciento de los poblanos dijo que fue discriminado por algún motivo o condición personal.
Las mujeres que viven en Puebla son la mayor población que es víctima de la intolerancia. Las cifras reflejan que 27.4 por ciento de las entrevistadas afirmaron que fueron tratadas de manera distinta por su situación social.
Otros estados con problemas graves de discriminación son: Colima (25.6%), Guerrero (25.1%), Oaxaca (24.9%) y Morelos (24.4%).
En contraste, son los estados del norte del país con baja prevalencia en esta práctica social. Nayarit solo registra casos de discriminación en 13.1 por ciento de su población, mientras que en Zacateca y Nuevo León la cifra es de 13.7 y 14 por ciento, respectivamente.
La ENADIS 2017, destaca que la mayor discriminación se sufre (56%) por la apariencia (tono de piel, pesos o estatura y forma de vestir). La segunda causa es por creencia religiosa (32%); y la tercera por la manera de hablar (27%).
La encuesta que estuvo apoyada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conadi) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) resalta que esta actitud de las personas hacia otros habitantes tiene consecuencia que afectan el acceso a servicios o recibir una atención adecuada.
Por lo tanto, a la gente se le niega de manera injustificada un derecho, ya sea de forma directa o indirecta, “es una situación que vulnera el derecho a la igualdad y no discriminación de las personas.
Un 23.3% de la población de 18 años y más señaló que en los últimos cinco años, se le negó injustificadamente alguno de los derechos por los que se indagó a través de la ENADIS 2017.
Un 53.7% de la población femenina se quedó sin recibir apoyo de programas sociales por discriminación y 45.9% de las mujeres no recibió atención médica o medicamento.
En el caso de los varones, 38.2 por ciento no recibieron atención en una oficina de gobierno y 24.3 por ciento no tuvo acceso a crédito de vivienda, préstamos o tarjeta. Peor, a un 9.8 por ciento se le impidió entrar a algún negocio, centro comercial o banco.