Ambas iniciativas tienen en el fondo un solo objetivo: el control absoluto por parte del Estado con el apoyo y respaldo de la mayoría del pueblo.

La Reforma Eléctrica y la Revocación de mandato, ambas propuestas del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador tienen un tufo de jugadas de ajedrez político por parte del mandatario más que de jugadas como política económica y como implementación de ejercicios que genere participación ciudadana en la democracia; respectivamente.

Ambas iniciativas tienen en el fondo un solo objetivo: el control absoluto por parte del Estado con el apoyo y respaldo de la mayoría del pueblo. Políticas populistas que derivan en una narrativa justo como esa frase que en su campaña el ahora Presidente de la República acuñó: Con el pueblo todo sin el pueblo nada.

Que en teoría debería de ser la esencia de cualquier democracia y de cualquier gobernante. En teoría el concepto de populismo no debería ser negativo, pero en la práctica es que la narrativa se ha utilizado en las corrientes ideológicas de derecha o izquierda, únicamente como discurso para hacerse de la ejecución hegemónica del poder.

Veamos, estimadísimo lector:

La revocación de mandato se llevará a cabo el próximo año el 27 de marzo pero probablemente sucedería igual que la consulta popular que recientemente realizó el INE para encarcelar o no a los ex Presidentes, costo muchas decenas de millones y no procedió por el porcentaje de votación.

En este caso, para que la revocación de mandato sea vinculatoria, es decir que legalmente se ejerza el resultado, tendría que participar el 40 por ciento de la lista nominal, el presidente ha dicho que el aceptará la voluntad del pueblo sea o no vinculatoria.

Si se juega un juego en el que las reglas establecidas están frágiles ante la narrativa discursiva, ¿qué sentido tienen las instituciones? ¿qué sentido tiene la participación ciudadana? Todo el sentido del poder hegemónico.

Y en la Reforma eléctrica que se votará entre el 12 de noviembre y el 15 de diciembre en San Lázaro. Hay varios temas en juego, la permanencia del PRI como oposición o como aliado, el juego narrativo que en su discurso el Presidente maneje- como lo ya dicho por él mismo que aquellos que voten en contra serán exhibidos en la mañanera.

Los intereses políticos y económicos que se juegan en esta Reforma son muchos, y el efecto positivo en los bolsillos de las y los ciudadanos sería lo último que se tome en cuenta y en todo caso el efecto último de aprobarse.

Los talismanes políticos de hegemonía de López Obrador se someterán a prueba en los próximos meses, bajo paramentos sui generis sobre todo en el tipo de liderazgo y de comunicación política de la Historia política reciente de México.

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