Hubo varias muestras de violencia que pasaron por alto como cuando Kirsten Dunts fue víctima de una “broma” por parte de Amy Shumer en el momento en que la llamó rellena asientos.

Lo que recientemente ocurrió en la entrega de los Oscars puede leerse de varias maneras, la primera es la normalización de la violencia. Cuando Will Smith golpea a Chris Rock, nadie hace ni dice nada; cuando le grita con mucha ira, tampoco. Ciertamente hay que poner un freno a la violencia verbal disfrazada de “bromas”, pero la violencia física como utilización de freno es inaceptable.

Pero en la industria del espectáculo y del entretenimiento igual que en la política, sino hay golpes no vende. Casi todo el mundo pasó por alto cuando Kirsten Dunts fue víctima de una “broma” por parte de Amy Shumer en el momento en que la llamó rellena asientos y la levantó para sentarse con su esposo Jesse Plemnons mismo que le dijo ¿Sabías que es mi es mi esposa? Y la conductora siguió con la violencia verbal “¿Estás casado con esa rellena asientos?”.

Y es que en esa “broma” muy violenta no hubo golpes ni escándalos, nadie se pronunció en contra, aunque la violencia era propinada de una mujer hacia otra mujer, pero sucede muy parecido en política, sino hay golpes, no vende, no comunica. Y los ideales de lucha, a excepción de las y los activistas, son temas a los que se sube la ciudadanía y las figuras públicas y políticas sólo “porque están de moda”.

Nadie hizo nada, mucho menos la academia y la industria detrás de ella; los guiones con violencia verbal son inaceptables, los golpes en una transmisión en vivo aún más. La transmisión siguió sin más, y el violento actor Will Smith recibió el premio a mejor actor. Vaya contradicción, pues era el tema político de este año para la entrega de los Premios Óscar.

Otra lectura, es la evidente polarización que existe en la ciudadanía, en las redes sociales como reflejo del imaginario colectivo, se podían observar comentarios en este tema que fue tendencia, a favor y en contra de la reacción del actor Smith.

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Ojo que el humor colectivo que reina en estos tiempos es la ira, y la polarización es un boomerang. Las emociones colectivas que evoca la polarización, son generalmente el enojo y la ira, y puede desatarse una reacción violenta en cadena, la ira contenida es un polvorín y los escenarios económicos y políticos que se enfrentan en todo el mundo, abonan a la explosión.

La normalización de la violencia, el no recurrir a instancias para defensa de los derechos, el permitir la violencia en cualquiera de sus formas de expresión, son un factor común en los tiempos actuales, las estructuras, las instituciones, las creencias se resquebrajan, la posmodernidad está en puerta.

Y pareciera que pocas políticas y políticos se han percatado de que estamos frente a un nuevo orden mundial, que hoy más que nunca las emociones sociales negativas son la receta perfecta para la comunicación política. Y no se sabe qué fue primero “el huevo o la gallina”: Si los gobiernos, los medios de comunicación y la política abonaron a la creación de nuevos comportamientos sociales y emociones colectivas o bien, son sólo el resultado de saber leer a la colectividad.

Twitter: @AlesandraMartin

LA POLARIZACIÓN EN REDES SOCIALES A FAVOR Y EN CONTRA DEL COMPORTAMIENTO DE SMITH

LA NORMALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA EN LOS OSCARS QUE IRÓNICAMENTE EL TEMA POLÍTICO FUE LA INCLUSIÓN

NO A LA VIOLENCIA EN NINGUNA DE SUS FORMAS

LA IRA DE WILL SMITH ES EL HUMOR SOCIAL COLECTIVO

HAY INSTITUCIONES PARA RECURRIR A DEFENDER LOS DERECHOS PERO NADIE HACE USO DE ELLOS Y AHORA PREMIA LA LEY DE LA SELVA

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