Monserrat desapareció hace dos años, su padre asegura que la FGE no le ha dado la línea de investigación sobre la cual trabajan para ocalizar a su hija
Cincuenta mil pesos ofrece Gilberto Murrieta Durán a la persona que le otorgue información verídica sobre el paradero de su hija Monserrat Murrieta Alberto, quien desapareció el 24 de febrero de 2020, cuando tenía 15 años, en la comunidad de Xaltipan, perteneciente al municipio de Xiutetelco.
Entrevistado vía telefónica, este hombre que es chofer transportista en la Ciudad de México, aseguró que la Fiscalía General del Estado (FGE) en más de dos años no le ha dado la línea de investigación sobre la cual trabajan para la localización de su hija.
Murrieta Durán dijo que con mucho sacrificio reunió el monto de la recompensa, pero no ve otro camino para tener información sobre lo que le pasó a su hija, pues el Ministerio Público de la FGE, encargado del caso, ya no le toma la llamada telefónica.
Comentó que tras la desaparición de Monserrat se trasladó a Teziutlán, donde se radicó la denuncia por la desaparición, y que nunca le avisaron que el caso se trasladó a Puebla a la Comisión de Búsqueda de Personas, hasta que él por su propio pie llegó a preguntar.
Por más de un año, Gilbeto viajó de su comunidad a Puebla cada que lo requerían para preguntarle datos sobre su hija, pero nunca para decirle que avances tienen la investigación.
Ante el tiempo y gastos que les implican el traslado, que es de dos horas y media y de 800 pesos de pasajes por persona, sin contar alimentos u hospedaje cuando necesitó quedarse solo o con su esposa en esta ciudad, decidió irse a trabajar a México y juntar una recompensa.
“A esto nos orillas las autoridades. Ya nos cansamos de quejarnos de que no trabajan, de suplicar que nos ayuden, nada funciona con la Fiscalía. No hay sensibilidad por nuestro dolor, no hay una línea de investigación, no hay nada”.
Dijo que esta recompensa se dio a conocer en su comunidad ya que está seguro que hay personas de Xiutetelco, que saben que le pasó a Monserrat pero por miedo no quieren hablar, y que quizás con la recompensa se animen, además de que le guardará la confidencialidad a quien lo ayude con información.