El prospero negocio del narcotráfico ha dejado una profunda huella en las sociedades lationamericanas. En países como Colombia y México, generaciones de jóvenes imitan el estilo de vida de los grandes capos.

Los Tigres del Norte

En México, los Tigres del Norte son los principales representantes del género musical de los narcocorridos, que nació en la década de los 70 del siglo XX.

Las canciones que narran la vida de los grandes narcotraficantes se remontan a los movimientos revolucionarios donde trovadores musicales hacían el relato y la crónica de las hazañas de algunos bandidos sociales, dice Hugo Sánchez de la UNAM.

Narcocementerios

La influencia de la estética del narco también ha llegado a los cementerios. En Panteones como Jardines del Humaya, en la ciudad de Culiacán, descansan los restos mortales de grandes figuras de los cárteles de la droga.

Impresionantes mausoleos glorifican a los capos, construyendo leyendas.

Jesús Malverde

El culto a Jesús Malverde, patrono de los narcotraficantes se originó en el estado mexicano de Sinaloa, cuna del cártel del mismo nombre.

Hoy día, la figura de Mlaverde es venerada por muchos mexicanos, en todo el país. Xavier Andrade de la Universidad de los Andes, cuenta que incluso se encuentran estatuillas y estatuas de Malverde en tiendas de mercancías religiosas en Colombia.

La Santa Muerte

La Santa Muerte es otra figura que surge del entorno del narcotráfico, donde la muerte está siempre presente.

Juan Carlos Hayala, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, explica que los grupos criminales han incorporado prácticas de la santería, de origen caribeño a sus rituales religiosos.

Souvenirs de Pablo Escobar

En Colombia, es evidente la proliferación de mercancías que aluden a Pablo Escobar. También son muy populares los narcotours y otras formas de consumo en la ciudad de Medellín, como el culto al deporte de stunts en motocicletas, directamente derivados de la afición de Escobar por estas, y, de su uso extendido en formas del sicariato, explica Xavier Andrade.

Ídolos del siglo XXI

Series como ‘Narcos, ‘La reina del sur’, o ‘El señor de los cielos’, son productos de la narcocultura. En Colombia, amplios sectores de la población se sienten atraídos por «la ética hiper capitalista de lo narco y la capacidad de exceso consumista que promueve», indica Andrade.

Un museo dedicado a Pablo Escobar

En 2019, el alcalde de Medellín ordenó cerrar el museo dedicado a Escobar. Sin embargo, estas medidas no han podido frenar el turismo del narco. Paradójicamente, el museo de la Policía de Bogotá, que intenta brindar una imagen exitosa de la lucha contra el narcotráfico es visitado regularmente por turistas que quieren ver los objetos asociados a famosos capos, asegura el académico colombiano.

Hacienda Nápoles

En la entrada de la antigua hacienda Nápoles, dos turistas toman fotos de la avioneta con la que Escobar envió el primer cargamento de cocaína a Estados Unidos. La atracción hacia formas estéticas, visuales y materiales relacionadas con la imagen del capo, por ejemplo, es mucho más expandida ahora que en los años de auge del Cártel de Medellín, asegura Andrade.

Por: DW
Foto: Especial

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